Estados Unidos acumula las basuras y desechos reciclables que China ya no quiere recibir

China le ha dicho no a un singular producto que le llegaba en inmensas cantidades desde Estados Unidos y otros países: desechos reciclables contaminados.

Cada año, los estadounidenses envían a reciclaje 66 millones de toneladas de materiales que, de otro modo, habrían acabado en la basura común, degradando zonas naturales o sepultadas en rellenos sanitarios que transforman el suelo en un inmenso cementerio de desechos.

China ha dejado de aceptar millones de toneladas de material para reciclaje, lo que ha puesto en aprietos a los países de occidente, que consumen y desechan en cantidades ingentes y no tienen dónde poner esos residuos. (AFP)
China ha dejado de aceptar millones de toneladas de material para reciclaje, lo que ha puesto en aprietos a los países de occidente, que consumen y desechan en cantidades ingentes y no tienen dónde poner esos residuos. (AFP)

Además de la aportación medioambiental de la cultura del reciclaje y la necesaria conciencia de la población que se ha desarrollado para propiciar que se separen los materiales reciclables y no se mezclen con las basuras, cuestiones de suyo valiosas, el reprocesamiento de plásticos, papel, cartón, vidrio, metales y otros materiales es una industria que genera cientos de millones de dólares al año.

Pero una parte sustantiva de ese mercado, y de la práctica misma del reciclaje, se está tambaleando en Estados Unidos y otros países occidentales luego de que, como narra The New York Times, China ha decidido restringir severamente la clase de materiales para reciclaje que recibe, un sector en el que había sido hasta hace poco un titán.

China determinó a finales de 2017 no admitir 24 materiales que antes reciclaba en plantas en su territorio y ha establecido para otros materiales niveles de pureza muy altos, lo que implica que basta con que el cartón o metal incluyan, por ejemplo, un 0.5% de residuos de comida para que se le prohíba el ingreso a China.

Balas de residuos reciclables en Seattle. Los administradores de residuos estadounidenses están luchando por encontrar plantas para procesar sus materiales reciclables. Foto Wiqan Ang
Balas de residuos reciclables en Seattle. Los administradores de residuos estadounidenses están luchando por encontrar plantas para procesar sus materiales reciclables. Foto Wiqan Ang

Así, ya sea porque los materiales para reciclaje han quedado prohibidos en China o restringidos a niveles de “pureza” muy difíciles de alcanzar, en muchas regiones del país, sobre todo en la costa Oeste pero también en otras áreas, los desechos reciclables que generan las ciudades y eran recolectados y enviados a procesamiento en plantas chinas simplemente comienzan a acumularse en bodegas y terrenos en Estados Unidos.

Por añadidura, como indicó CNN, en abril pasado China añadió a los materiales que ya no recibe desechos de acero, partes de automóvil usadas y restos de embarcaciones.

Y ante la enorme acumulación de material que era reciclado y ahora no tiene a dónde ir a parar, a veces todo acaba siendo enterrado en rellenos sanitarios en Estados Unidos junto al resto de la basura, lo que acaba con todo el sentido y el beneficio del reciclaje. ¿Para qué las personas en hogares, oficinas, escuelas y demás separan los productos reciclables de la basura orgánica si todo al final va ir a parar al mismo relleno sanitario o, peor aún, en tiraderos al aire libre?

El enterramiento de materiales que antes iban a reciclaje en los mismos tiraderos para el resto de las basuras es una solución creciente, aunque ominosa, en EEUU y muchos otros países que ya no tienen en donde poner los residuos que antes eran reciclados en China. (AFP) El enterramiento de materiales que antes iban a reciclaje en los mismos tiraderos para el resto de las basuras es una solución creciente, aunque ominosa, en EEUU y muchos otros países que ya no tienen en donde poner los residuos que antes eran reciclados en China. (AFP)
El enterramiento de materiales que antes iban a reciclaje en los mismos tiraderos para el resto de las basuras es una solución creciente, aunque ominosa, en EEUU y muchos otros países que ya no tienen en donde poner los residuos que antes eran reciclados en China. (AFP)

Como China era uno de los máximos procesadores de materiales de reciclado originados en Occidente, sus nuevas y muy restrictivas normas al respecto (establecidas, es de suponer, para mitigar el grave deterioro ecológico en ese país) han afectado sobre todo a ciudades y empresas de reciclaje en los estados de Alaska, Hawaii, Idaho, Oregon y Washington, aunque en California e incluso en Massachusetts, de acuerdo a la investigación del Post, se sufren ya sus efectos.

Enormes acumulaciones de plásticos, papel y otros productos no dejan de crecer (algunas de ellas con alto riesgo de incendio o potenciales problemas sanitarios) y muchas localidades y empresas no han tenido otra opción que enterrar lo que antes les generaba mucho dinero.

En 2014, China anunció que reduciría las emisiones de carbono en la próxima década como parte de los acuerdos mundiales sobre cambio climático. (Foto de Kevin Frayer / Getty Images)
En 2014, China anunció que reduciría las emisiones de carbono en la próxima década como parte de los acuerdos mundiales sobre cambio climático. (Foto de Kevin Frayer / Getty Images)

Por ejemplo, las exportaciones de restos plásticos a China en 2015 alcanzaron 300 millones de dólares, pero en el primer cuarto de 2018, de acuerdo al Times, apenas si sumaron 7.6 millones. Y en algunos lugares de Estados Unidos empresas de reciclaje ya cobran más por el manejo de papel si es destinado a reciclaje y menos si es enviado a relleno sanitario. La pérdida económica y la molestia ciudadana, que ve frustrado su afán medioambiental, es considerable.

Otros países, como Alemania, Canadá y Gran Bretaña, enfrentan problemas similares, pues China procesaba cerca de la mitad de todos los materiales de plástico y papel reciclaje del mundo.

Y China ya no está dispuesta a ser el basurero de Occidente.

Ante ello, narra el Times, otros países han comenzado a recibir esas exportaciones, entre ellos India, Indonesia, Malasia o Vietnam, pero la capacidad de procesamiento aún sería insuficiente, sobre todo para los materiales muy contaminados (por ejemplo los empaques o envases de alimentos, que acarrean muchos residuos orgánicos) que pocos, salvo China hasta hace unos meses, estaban dispuestos a aceptar.

¿Qué hacer con tanta basura, reciclable o no? La solución de largo plazo para evitar enormes montañas de residuos y transformar la sociedad y el medio ambiente es simplemente eliminar o sustituir al máximo el consumo materiales que resultan presicndibles y son muy contaminantes como plásticos. (DPA) ¿Qué hacer con tanta basura, reciclable o no? La solución de largo plazo para evitar enormes montañas de residuos y transformar la sociedad y el medio ambiente es simplemente eliminar o sustituir al máximo el consumo materiales que resultan presicndibles y son muy contaminantes como plásticos. (DPA)
¿Qué hacer con tanta basura, reciclable o no? La solución de largo plazo para evitar enormes montañas de residuos y transformar la sociedad y el medio ambiente es simplemente eliminar o sustituir al máximo el consumo materiales que resultan presicndibles y son muy contaminantes como plásticos. (DPA)

Y quizá no sea posible mitigar el efecto de la prohibición china, al menos en el corto plazo, pues el consumo en Estados Unidos y los países occidentales es ingente y enormes cantidades de materiales se desechan y acumulan sin cesar. E incluso en Estados Unidos, de acuerdo a Futurism, tomaría años construir la infraestructura de reciclaje capaz de procesar lo que actualmente ya se ha acumulado. Pero para entonces los desechos de los años posteriores habrían literalmente colmado el panorama.

Por ello, para muchos la solución debe ser diferente y apartada tanto del esquema de reciclaje masivo como, desde luego, del enterramiento en rellenos sanitarios.

En vez de estar en zozobra por qué hacer con el material de desecho que no tiene donde ser reciclado, una opción es simplemente dejar de acumular tal material: que se eliminen empaques, botellas y productos que son prescindibles y solo causan montañas inmensas de basura. Se trata de una solución de largo aliento y que aunque no soluciona el problema de inmediato sería de gran beneficio.

De lograrse, ello ayudaría de modo sustantivo a mitigar la contaminación y devastación de los ecosistemas que, por ejemplo, producen las ingentes cantidades de plásticos y otros residuos que van a dar a los océanos y el subsuelo del planeta. Y produciría una revolución en la producción, distribución y consumo de muchos bienes con base en criterios sustentables.

Por Jesús Del Toro/Yahoo Noticias

Junio 19 de 2018

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