Crecen cifras de discapacidades por la enfermedad de Parkinson

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, ha aumentado más que cualquier otro trastorno neurológico.

La enfermedad de Parkinson es una afectación degenerativa del cerebro que genera complicaciones en los movimientos, trastornos y alteraciones sensoriales. Numerosas personas también desarrollan demencia durante su transcurso. La prevalencia de esta enfermedad se ha duplicado en los últimos 25 años.

Las personas con este trastorno pueden sufrir deficiencias motoras como lentitud de movimientos, temblores, rigidez, desequilibrio, deterioro cognitivo, trastornos mentales, trastornos del sueño, movimientos y contracciones musculares involuntarias y dolorosas, y limitaciones del habla.

En general, afecta más a hombres que a mujeres, y las personas mayores tienen más riesgo de contraerla, aunque las personas jóvenes también pueden verse afectadas. Otro factor de riesgo es la presencia de un familiar cercano con el padecimiento. Aunque se desconocen las causas de la enfermedad, la OMS indica la probabilidad de la interacción entre factores genéticos y la exposición de factores ambientales como plaguicidas, disolventes y contaminación atmosférica.

Los síntomas aparecen lentamente, como temblores apenas perceptibles, rigidez en el rostro de manera leve, habla suave o incomprensible, o dificultad para escribir, entre otras.

En la enfermedad de Parkinson, las células nerviosas del cerebro se degradan o mueren progresivamente, reduciendo también la producción de dopamina, generando una actividad cerebral anormal y los consiguientes trastornos del movimiento y síntomas.

La enfermedad no tiene cura, pero los medicamentos, tratamientos y terapias pueden reducir los síntomas, sin embargo, no son asequibles en todas partes.

La enfermedad no tiene cura, no hay manera de prevenirla, aunque los medicamentos, tratamientos y terapias pueden reducir los síntomas, sin embargo, no son asequibles en todas partes. El ejercicio regular puede reducir el riesgo, así como el consumo de cafeína, sin embargo, no existe evidencia suficiente para indicarlo.