El drama por la pérdida de Juan Sebastián

z-henry-1Por Henry Barbosa

Toda la sociedad colombiana se encuentra conmovida y conmocionada  con la desaparición del pequeño Juan Sebastián Fuentes Rojas, ocurrida al finalizar el año en el municipio de Soacha.

No se conoce información alguna que de indicios sobre su paradero, a pesar de la millonaria recompensa que han ofrecido las autoridades, lo cierto es que la suerte del pequeño no solo tiene en ascuas a la familia, a la Policía, sino a toda la comunidad que ruega y clama porque el menor aparezca prontamente, completamente sano y salvo.

Los medios de comunicación nacional, especialmente los noticieros televisivos, proclives al amarillismo, logran en estos casos suficiente material para hacer lo que más les place, especialmente rellenar espacios y fungir como voceros del dolor familiar y del sentir social.

Pero como en todo negocio, la oferta cambia rápidamente de acuerdo a la oportunidad, ayer estos medios crueles e inhumanos abrían con la noticia, inclusive mantenían reportero permanente en el lugar, esperando el desenlace cualquiera que sea, como si la sociedad se lo pidiera.

Juan Sebastian
Juan Sebastián

Pasado el tiempo, y al ver que no hay oportunidad de “chiva noticiosa”, poco a poco han relegado la información de la desaparición de Juan Sebastián a míseros pocos segundos y no en directo como lo hacían anteriormente.

No se trata de buscar culpables, menos achacarle a los medios de comunicación responsabilidad alguna en estos hechos, sino “rogarles” mesura y ética cuando de informar estas noticias se trata. No es lo mismo un reinado, un partido de fútbol, un acuerdo entre políticos, una decisión de alto Gobierno, que el dolor, la tragedia y la zozobra que se vive cuando desaparece un ser humano, sin importar su edad o condición social.

¿Pero que de los padres? La responsabilidad de estos es estar siempre atentos, brindando no solo cariño y bienestar, sino cuidado y seguridad debida.

Diariamente vemos como permanentemente se registran infantes perdidos, quemados, ahogados, raptados, accidentados fatalmente, víctimas inocentes, casi por no decir siempre, de la irresponsabilidad de sus progenitores o cuidadores.

Algunos le achacan al destino, sin embargo, los padres siempre deben estar atentos a evitar cualquier peligro que amenace la vida e integridad de sus hijos, no hay opción, simplemente es su deber.

henrybarbosa@outlook.com

Enero 2 de 2016

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