Bogotá, — A pocas semanas de haberse levantado el racionamiento de agua en Bogotá, las autoridades ambientales y distritales han reportado un comportamiento favorable en los niveles de los embalses que abastecen de agua potable a la capital. De acuerdo con un informe reciente entregado por la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca, los cuerpos de agua muestran una recuperación sostenida, impulsada tanto por las lluvias asociadas al fenómeno de La Niña como por las medidas de ahorro adoptadas por la ciudadanía.
Según el reporte, los embalses del norte de Bogotá —Neusa, Sisga y Tominé— presentan una tendencia ascendente desde la suspensión del racionamiento, alcanzando en conjunto el 51,51% de su capacidad. En detalle, Neusa se encuentra al 91,09%, Sisga al 73,34% y Tominé, aunque con menor nivel, al 42,79%.
En cuanto a los embalses del sur de la ciudad, la CAR informó que, si bien se observa una leve tendencia descendente, son los que registran los niveles más altos. El sistema sur, conformado por Chisacá y Regadera, alcanza un promedio del 104,86% de capacidad. Chisacá se sitúa en un 99,77%, mientras que Regadera supera su capacidad con un 115,53%.
Por su parte, el Sistema Chingaza, clave en el abastecimiento de agua para la ciudad, también muestra señales alentadoras. Con una tendencia ascendente sostenida, los embalses Chuza (59,50%) y San Rafael (65,90%) han superado los promedios históricos para esta época del año, acumulando en conjunto un 61,01%.
El embalse de El Hato, ubicado en el oriente de Cundinamarca, registra un nivel del 91,57%, consolidando el panorama favorable en los principales sistemas hídricos que abastecen a Bogotá.
Desde la Alcaldía Distrital celebraron estos resultados, destacando el compromiso ciudadano en mantener hábitos de consumo responsables. Pese al fin del racionamiento, el nivel de consumo actual se mantiene por debajo de los promedios previos a la medida, lo que ha sido clave en la recuperación de los embalses.