La subvariante NB.1.8.1 del SARS-CoV-2, conocida como «nimbus», ha sido detectada en Asia, Europa y América, y podría causar un aumento de contagios durante el verano en el hemisferio norte, según alertan expertos y autoridades sanitarias.

La NB.1.8.1, bautizada como «nimbus», es una subvariante del linaje ómicron del COVID-19 que ha mostrado una rápida propagación desde su detección en China a principios de 2025. Actualmente circula con fuerza en países del sudeste asiático, Oriente Medio, Europa, Estados Unidos y ya ha llegado a América Latina. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en EE.UU. su presencia pasó del 5 % al 33 % de los casos en solo un mes.
Nimbus comparte síntomas comunes con otras variantes de ómicron —fiebre, tos, fatiga, náuseas, entre otros—, pero se ha asociado a un dolor de garganta lacerante más característico. Aunque se considera más contagiosa, las autoridades indican que no parece ser más letal, aunque sí existe el riesgo de complicaciones en personas no vacunadas o con baja inmunidad.
Ajibola Omokanye, especialista en virus respiratorios del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), advierte que una reducción en la inmunidad poblacional entre 2024 y 2025 podría favorecer la expansión de esta nueva variante, especialmente en países con baja cobertura de vacunación o acceso limitado a servicios de salud, como ocurrió en Bangladesh.

Tanto el ECDC como la OMS han clasificado a nimbus como una Variante Bajo Monitoreo debido a dos mutaciones en la proteína de la espícula que podrían aumentar su capacidad de transmisión y evasión del sistema inmunológico.
Las autoridades sanitarias recomiendan mantener medidas preventivas, especialmente entre grupos de riesgo y personal sanitario, como el uso de mascarilla, distanciamiento social y la aplicación de vacunas actualizadas.
La Organización Mundial de la Salud insiste en que el SARS-CoV-2 aún no se comporta como un virus estacional, por lo que es crucial mantener una vigilancia constante y no caer en la complacencia frente al COVID-19.