‘Picasso es comunista, yo tampoco’

Estamos ciegos. Envueltos en debates ideológicos que nadie cree ni entiende.

Por Germán Umaña Mendoza**

Fin de la Segunda Guerra Mundial. Creación de las Naciones Unidas, Fondo Monetario Internacional (FMI); Banco Internacional de la Reconstrucción y Fomento (Birf), más tarde Banco Mundial (BM); Organización Internacional del Comercio (OIC), transformada en el Gatt (Acuerdo de Aranceles y Tarifas) y su conversión en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1994.

La primera, con el objetivo de evitar conflictos globales; el FMI, para ordenar el sistema cambiario y monetario internacional; el Birf y el BM, para la reconstrucción de las economías devastadas por las guerras y financiar a los países en desarrollo para cerrar las brechas. La OMC, para contribuir a la libre circulación de los factores (mercancías, servicios, inversiones, capital conocimiento y personas).

Se suponía era el camino a una gobernanza mundial, a una institucionalidad y unas reglas claras que permitiesen un camino a la equidad. Algo se avanzó. Sin embargo, “todo se derrumbó”. En el mundo del capitalismo la racionalidad era una sola: “Acumulad, acumulad, ese es el Moisés y los Profetas”.

Nueva geopolítica mundial determinada por la búsqueda del control de los recursos naturales, el poder de los patronos o patrones: en lo monetario y cambiario del patrón dólar a los derechos especiales de giro (DEG) y el poder de veto de un solo país (Estados Unidos), el financiamiento bilateral (préstamo a la Gran Bretaña, plan Marshall, Eximbank) y el Banco Mundial, el cual nunca fue una gran bolsa de financiamiento multilateral, sino una simple ‘chuspa‘.

A partir de allí, la trampa del bilateralismo: del fallido intento del Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) a la multiplicación de tratados bilaterales o plurilaterales de inversión, signados por el poder de las multinacionales que desequilibraron la relación entre los Estados y las empresas, a favor de las segundas.

¿Hasta cuándo los falsos profetas nos condenarán a vivir con las falacias, los sofismas y a alejarnos de la realidad?

De otra parte, la limitación del acceso al progreso técnico, con las crecientes restricciones derivadas del poder ilimitado de la competencia imperfecta y la debilidad de los gobiernos para combatir los abusos de posición dominante de mercado, y al comercio, consecuencia de las prácticas desleales en el comercio internacional y el proteccionismo, disfrazado de pactos verdes o los aranceles. En fin, la anarquía.

De otra parte, lo que debería ser una bendición con los desarrollos de la inteligencia artificial se convierte en una nueva forma de explotación, generando el malestar y no el bienestar: “Poderoso caballero es el dinero”.

Ahora llega el anticristo en caricatura: mister Trump: hacer a “América grande”. El negacionista. Lo aplauden los condenados de la tierra. El paraíso de los poderosos (Musk y sus secuaces). El mundo al revés (bizarro y absurdo).

¿Y nosotros? Bien, gracias. No entendemos lo evidente: ¿cuál diversificación de mercados si no existe la oferta? Anclados en el tiempo y en el espacio. Con todas las ventajas comparativas para iniciar un esquema virtuoso, con capacidad de negociación con los que tienen los recursos financieros, la tecnología, el progreso técnico. Es la inversión y la transformación de nuestra oferta. De verdad es la transición, no el delirante discurso de creernos los salvadores del mundo.

¿Y Latinoamérica? Como casi siempre, de espaldas a la historia. El paraíso de la autocracia, de la mentira, de la corrupción. Diagnosticados estamos. Conocemos la enfermedad e inclusive el tratamiento. ¿Qué nos pasa? Estamos ciegos. Envueltos en debates ideológicos que nadie cree ni entiende. ¿Alguno de ustedes comprende los extremos aparentes entre la izquierda y la derecha? Al final se parecen, y esto se reduce en las palabras de Dalí: “Picasso es comunista, yo tampoco”.

¿Hasta cuándo los falsos profetas nos condenarán a vivir con las falacias, los sofismas y a alejarnos de la realidad?

**Germán Umaña Mendoza (1953), ExMinistro de Comercio, Industria y Turismo, profesor, economista y consultor.