“Funza”, así era llamado el río Bogotá por los pueblos muiscas de la Sabana antes de la Colonia, considerado en su cultura como fuente de vida y regalo de sus dioses. Del río se beneficiaban, regaban sus cultivos y bebían sus aguas; en él pescaban y se transportaban; a él rendían culto, lo veneraban como un ser sagrado y hacían pagamentos en sus orillas. Lo llamaban “el varón poderoso” pues estaba conectado con la fertilidad de sus familias y de sus ganados, y de su cauce dependía el equilibrio del universo.
El “Gran señor”, como también se le conocía, inició su degradación a principios del siglo XX con la llegada de miles de personas de diferentes lugares del país desplazadas por la violencia, quienes encontraron en la capital un futuro próspero. Sin embargo, este crecimiento desordenado y desproporcionado lo fue convirtiendo en un depósito de basuras y diversas descargas.
Por eso, conmemorar el día del río Bogotá el 12 de mayo, se convierte en la mejor oportunidad para generar conciencia y compromiso ciudadano sobre la importancia de la recuperación y conservación de nuestro río y sus afluentes.
Esta conmemoración coincide con los más recientes avances que, desde la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, EAAB, hemos logrado para descontaminar el más importante cuerpo de agua de la sabana, que beneficiará a más de 80 municipios en 20 departamentos del país, abastecidos por las aguas del río Magdalena y que, en Girardot, recibe las aguas del río Bogotá. Avances que definen nuestra quinta línea de acción para el fortalecimiento de la seguridad hídrica de la ciudad: el uso de agua residual tratada en actividades que no requieran agua potable.
Gracias al convenio que firmamos hace dos semanas con la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR, se garantizan los recursos necesarios para la financiación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, Ptar Canoas, que tratará 70% de las aguas residuales de Bogotá y 100% de las de Soacha, con lo cual se logrará limpiar nuestro río.
Un proyecto fundamental, pues no solo lograremos pagar una deuda histórica con nuestras raíces y con el río, sino que nos permitirá usar sus aguas residuales tratadas en actividades industriales y en mantenimiento urbano.
En desarrollo de nuestra quinta estrategia de seguridad hídrica, el aprovechamiento de agua residual tratada en la Ptar Salitre y, hacia el futuro, en la Ptar Canoas, se configura en un eje fundamental de la estrategia, pues el uso industrial de una parte de sus aguas tratadas contribuirá a bajar la presión sobre nuestros sistemas de abastecimiento, porque al determinar el potencial de aprovechamiento de este recurso evitaremos el uso de agua potable en procesos que no sean necesarios.
Hoy hacemos un nuevo llamado a la CAR para que atienda nuestra solicitud de concesión para el aprovechamiento de agua residual tratada en la Ptar Salitre, ya que nos permitirá consolidar el primer piloto de modelos de distribución y comercialización de este recurso y responder así a la urgente implementación de soluciones innovadoras que prioricen el uso eficiente del recurso hídrico en la ciudad.
**NATASHA AVENDAÑO GARCÍA. Gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB)