La consulta me dejó convencida de que no es que el pueblo no se esté harto de la corrupción y la guerra sino de salir a las urnas y que no pase nada.
Hoy, domingo 26 de agosto a pocas horas de conocer que la Consulta Anticorrupción no logró el umbral, me pregunto, ¿será que una vez más somos “este país de mierda”? las redes lo gritan, hay indignación y tusa efímera para algunos y un tanto más larga para otros. Muchos en las redes aseveran ¡Somos y tenemos lo que nos merecemos!… no señores y señoras, esto no es nada más que el resultado de una democracia sin ciudadanía y saben, el llamado no es a insultar, a menospreciar a quienes decidieron quedarse en casa, como tantas veces incita este remedo de democracia colombiana.
Son años, décadas en que ni siquiera la mitad de los colombianos inscritos, aptos para votar acuden a las urnas, ya no importa si toca ir a votar por un candidato o si toca ir a decidir por un derecho o una iniciativa; antes la paz, ahora la anticorrupción.
Pero, acaso ¿nos podemos creer superiores moralmente por qué votamos sí, primero en el plebiscito de la paz y ahora 7 veces Sí? Siempre nos ha golpeado la guerra y la corrupción y pensamos que por eso podemos plantear ideas abstractas, lejanas que no van con la cotidianidad, con lo propio, con lo fundamental; ayer una pregunta errónea sobre un acuerdo de paz, que ni siquiera debió preguntarse (pero a esto juega el remedo de democracia colombiana), hoy, 7 preguntas, de las cuales, más de la mitad no eran claras, las obviamos y por eso muchos políticos creemos que tenemos la verdad revelada, absoluta; un accionar seudodemocratico, que creemos, se mide por ir a la urnas.
El pasado domingo 26 de agosto votaron “los buenos y los Malos” y también se quedaron en casa, no quisieron votar “los buenos y los malos”, lo planteo así porque quiero resaltar que una vez más no se trata de que quiérnes van a las urnas somos los que somos, los que amamos a este país y los que se quedan en casa, viendo tv, bebiendo (en ley seca con los amigos), o haciendo nada, son los que no son, los que no han querido la paz o son a quienes les gusta que los roben.
Entonces, queridos lectores, se trata de algo en lo que he insistido en varios artículos en este portal, en ese antídoto contra la indiferencia, la injusticia, el odio, llamado CIUDADANÍA y amor por lo público, estos principios necesitamos reinventarlos para poder vernos más allá de amigos vs enemigos, pobres vs clase media vs clase alta. Si hay algo de lo que me dejó convencida esta Consulta Anticorrupción es que, no es que no haya hartazgo y conciencia de la corrupción y de la guerra sino que, de lo que el pueblo colombiano está harto, es de salir a las urnas y que las cosas sigan iguales, no pase nada.
Agosto 29 de 2018