Completamente desapercibida pasó la visita del expresidente Álvaro Uribe Vélez al municipio de Soacha.
No hubo grandes recibimientos, ni manifestaciones de apoyo, igualmente, tampoco hubo abucheos y protestas como algunos pronosticaban, por el contrario, fue una visita lánguida y silenciosa que presagia que la suerte del “No” en el plebiscito del 2 de octubre, está echada.
Las grandes manifestaciones y las largas caravanas son cosa del pasado, por lo menos en Soacha o por esta campaña, lo cierto es que la visita del senador Uribe Vélez no llenó las expectativas teniendo en cuenta la trayectoria del personaje.
Fueron solamente 120 personas las que acudieron muy puntuales a escuchar las diatribas contra el acuerdo de paz, Santos y el terrorismo internacional.
Una reunión catalogada por los mismos acompañantes del senador como “un fracaso” y que deja muy mal parados por su nivel de convocatoria a los dirigentes del Centro Democrático en Soacha.
“Es decepcionante por no decir preocupante, que el municipio más “uribista” de Cundinamarca convoque tan pocas personas, más si cuenta con la presencia de un expresidente (Uribe Vélez), un senador (Everth Bustamante), un representante (Rubén Darío Molano), un diputado (Jenny Rozo), dos concejales (Omar Jaime Roa y Joel de los Ríos) y un edil (Miguel Sánchez)”, expresó un analista político local.
Los “halcones” de la guerra
Con un discurso apocalíptico y lleno de denuncias, los acompañantes de Uribe explicaron los motivos por los que se debería votar “NO” en el Plebiscito, razones que van desde insinuar que con eso se está cambiando la Constitución política, hasta acusar a las Farc de ser los culpables del auge de la drogadicción en Colombia.
Como era de esperarse Uribe Vélez se fue lanza en ristre contra los acuerdos de la Habana, la administración de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc.
Con unas estadísticas controvertibles, Uribe se despachó contra los acuerdos, su legalidad y su impunidad que catalogó de amnistía disfrazada, resaltó la crisis económica e inclusive se refirió a lo astronómico de la deuda pública del país.
Aunque todos se declararon defensores de la paz, lo cierto es que después de terminada la reunión queda un preocupante ambiente de controversia y de desafío, que por ahora debido a la polarización y el radicalismo, vaticina tiempos tormentosos al anhelo de paz entre los colombianos.