Tal como pasó con los jefes paramilitares que fueron extraditados a Estados Unidos por el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez y con el cual se trató de silenciar los vínculos de estos grupos criminales y narcotraficantes con el Gobierno colombiano, el exmilitar venezolano Clíver Alcalá, permanece en un hangar de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, DEA, listo a abordar un vuelo con destino a Norteamérica.
Alcalá confesó públicamente ser el dueño de un cuantioso cargamento de armas decomisado accidentalmente en la costa colombiana, sin embargo, en vez de ser detenido y juzgado por la justicia colombiana, el exmilitar le fue permitido su entrega al Gobierno de Donald Trump, pese a que debería ser imputado de cargos de fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego.
Con la salida del país de Alcalá, queda sepultado cualquier intento por investigar los posibles vínculos del Gobierno de Iván Duque con los grupos terroristas venezolanos que intentan derrocar violentamente el Gobierno de Nicolás Maduro.
Y es que la situación de Alcalá no es del todo clara, asilado y protegido en Colombia a pesar de sus señalamientos con carteles de la droga, Alcalá se movía con total libertad por el territorio colombiano, solamente hasta cuando el Fiscal General de Estados Unidos, William Barr lo señaló como integrante de una red de narcotráfico, se vino a saber la verdad de las actividades que desarrollaba este exmilitar en Colombia.
Armamento incautado
Hace pocos días, se supo de manera informal de un cargamento con insumos de guerra que fue decomisado accidentalmente por la Policía en la vía Ciénaga- Barranquilla. El arsenal iba a manos de una estructura criminal que opera en las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta.
El hallazgo se dio en un puesto de control en carretera, cuando uniformados le practicaron una requisa de rutina a una camioneta de servicio público.
La sorpresa de los uniformados fue grande al detectar que dentro del vehículo estaban camuflados 26 fusiles de asalto sin marca ni serie, calibre 556, de fabricación americana, AR-15, junto a otros elementos de guerra.
Según reportes oficiales, en el kilómetro 50+600 fue detenido un vehículo de placas WER016 marca Renault Línea Duxter, color blanco, de servicio público.
El automotor era conducido por Jorge Alberto Morales Duque, oriundo del municipio de Ciénaga. Esta persona, al ser interrogado por las autoridades sobre la procedencia y destino de las armas, respondió que las había recibido en Barranquilla y debía transportarlas hasta Riohacha, donde se encontraría con un sujeto identificado con el alias de “Pantera”.
La Policía procedió a capturar al conductor, inmovilizó el vehículo y lo condujo junto al cargamento a la ciudad de Santa Marta para iniciar el proceso de judicialización.
El reporte de las autoridades indica que, además de las armas de largo alcance, fueron incautadas 36 culatas para fusil, 28 visores nocturnos de dos ojos, 9 visores nocturnos de un ojo sin marca, 8 silenciadores de fusil y 21 unidades de mira para fusil marca Sigsauer.
También 24 unidades de mira para fusil marca Sparg, 4 binoculares nocturnos, 30 miras laser de un punto, 21 designadores lacéricos, 2 radios de comunicaciones marca Motorola, 43 baterías marca Motorola con su respectivo click, 15 cascos militares tácticos y 3 chalecos antibalas.
Este tipo de armamento es similar al que utilizaban los grupos paramilitares de las AUC, por lo que se sospecha que Alcalá tenía vínculos con los residuos existentes de estos grupos narcotraficantes que aún actúan en la costa colombiana.
Confesión de Alcalá
Cliver Alcalá, por quien Estados Unidos ofrece hasta 10 millones de dólares, afirmó que hace dos años vive en Barranquilla y que las armas eran de su propiedad.
Luego de que la Policía Metropolitana de Santa Marta informara sobre la incautación de un arsenal compuesto por unos 26 fusiles y otros elementos de guerra, el exmilitar venezolano afirmó que el armamento era suyo y que sería usado para una “operación” contra el presidente Nicolás Maduro.
Ante el escándalo, Alcalá se apresuró a dar declaraciones a los medios de comunicación amigos que el Gobierno colombiano no tenía conocimiento del traslado de esas armas y mucho menos de la operación.
“Ni siquiera Guaidó sabía de la operación, él solo tenía que saber el objetivo, porque todas las operaciones habían fracasado por filtraciones de ese entorno corrupto de la política venezolana”, dijo.
Pero también sembró la alarma cuando expresó que “Ni el presidente Duque ni las autoridades de inteligencia, ellos se informaron directamente por mi persona hace 48 horas, pero ya era tarde”, es decir, Alcalá tenía contacto directo con el presidente Iván Duque y militares colombianos. Queda la duda porque 48 horas después (dos días) no fue detenido por las autoridades colombianas.
Marzo 27 de 2020