Periódico suizo habla de sospechas por ruidos raros en el Tour de Francia.
El próximo domingo terminará en los Campos Elíseos de París el Tour de Francia 2021, competencia que dejará como ganador indiscutido al esloveno Tadej Pogacar, quien prácticamente aplastó a todos sus rivales demostrando que es el mejor ciclista del planeta.
Sin embargo, no se ha terminado el Tour y desde ya empiezan a escucharse versiones que “no todo es como parece”, y que la trampa, como en ediciones de años anteriores, esta vez también estuvo presente.
Versiones publicadas como la del diario suizo «Le Temps», que asegura ruidos sospechosos en las bicicletas de algunos corredores en el Tour de Francia, ruidos que a todos intrigan.
Según el diario, para muchos fanáticos despierta cierto manto de duda la superioridad de forma y de resultados del líder Tadej Pogacar sobre sus rivales. Precisamente, el equipo del líder de la carrera, UAE Team.
“Dos temas que preocupan. Por un lado, posibles motores de nueva generación escondidos en las bicicletas y por el otro a misteriosas botellas que algunos equipos se esconden para beber”, publica el diario «Le Temps«.
Se menciona que tres corredores del pelotón, cuyas identidades no son reveladas, buscan interpretar las mencionadas cuestiones.
Las bicicletas hacen ruido
Uno de los anónimos participantes señala en la publicación de “sonidos metálicos y muy extraños”, apuntando a las ruedas traseras de cuatro equipos: UAE de Tadej Pogacar, el Deceuninck de Mark Cavendish, el Jumbo Visma de Jonas Vingegaard y el Bahrain Victorious que fue allanado por la gendarmería francesa la semana pasada en plena competencia.
“Se trata de un ruido metálico, como una cadena mal ajustada. Ya no hablamos de un motor en las bielas o de un sistema de electroimán en las llantas de las ruedas, sino de un dispositivo escondido en el buje. Energía a través de los frenos. La inercia se almacena como en la F1”, señaló el denunciante.
También se refirió a las misteriosas botellas: “Los que lo hacían nos dijeron que no sabían lo que bebían, pero que no fuimos los primeros en realizar esa pregunta”.
Precisamente hay varias sustancias de las que muchos rumoran tras bambalinas como algunos hidrogeles Maurte (mayor conducción de azúcares) y las cetonas (queman grasa para sacar energía).
Ruido, mucho ruido, desde las bicicletas y desde los rumores que están apareciendo precisamente en la última semana de un Tour de Francia que desde sus primeros días tiene un ganador decantado.
Los ciclistas investigan
En el silencio acolchado del pelotón ciclista, las sospechas de dopaje nunca habían sido tan altas durante al menos veinte años, incluso desde la aparición de EPO a principios de la década de 1990. Hasta el punto de que, hasta donde se sabe, al menos tres corredores decidieron investigar por su cuenta, con mucha discreción.
Tanto competidores ordinarios del 108 Tour de Francia, que finaliza este domingo en los Campos Elíseos, como cazadores de pistas para intentar dilucidar al menos las dos cuestiones que preocupan a la corporación: un supuesto motor de nueva generación escondido y misteriosas botellas que algunos equipos se esconden para beber.
Adelantos tecnológicos
Los avances en bicicletas amenazan con crear un «dopaje» tecnológico dentro del pelotón.
Un ciclista puede ganar más de 30 segundos en una contrarreloj dependiendo de la calidad de su equipo. Los corredores se preocupan por las crecientes disparidades entre equipos. «Le Temps» asegura que la UCI ha declarado que se toma el tema en serio.
Es el regreso del ciclismo de “dos velocidades”. “En la contrarreloj, el equipo X tiene una ventaja de 22 segundos, incluso antes de comenzar. Gracias a su material«. «En un sprint de 65 km / h, calculamos que la bicicleta del equipo Y puede adelantarse 10 metros a los 300 metros«. “El otro día, cuesta abajo, tuve que pedalear a toda velocidad para agarrarme de las ruedas. Los ciclistas de Deceuninck-Quick Step que pesan lo mismo que yo no han pisado el pedal. Son conducidos por sus bicicletas«.
Los testimonios anónimos que «Le Temps» asegura haber recogido, y que se multiplican en el pelotón del Tour de Francia, sobre un abismo tecnológico creciente. Un tabú que pocos hasta ahora se atrevieron a romper. Esto no es dopaje, ni siquiera un impulsor oculto, pero estas desigualdades de medios proporcionan una ganancia de rendimiento teóricamente mayor que sustancias como la EPO y otros procesos de engaño. Un competidor líder hace sonar la alerta: «¡Nuestro deporte se está volviendo como la Fórmula 1!»