En la celebración de sus 125 años el Grupo Energía Bogotá (GEB) lanzó el documental “El camino de la memoria; rescate del vallenato tradicional”, para ayudar a preservar el legado ancestral de estos ritmos del Caribe colombiano.
Las zonas donde Transmisión, del Grupo Energía Bogotá (GEB), tiene presencia con sus proyectos de expansión y activos en operación poseer una inmensa diversidad cultural y riqueza ancestral que debe estar siempre presente para reafirmar la identidad de las comunidades, por ello la compañía desarrolla iniciativas en los territorios para rescatar la memoria histórica, factor clave para conseguir su propósito superior: mejorar vidas con energía sostenible.
Un ejemplo claro de esto se es el documental “La memoria del territorio; rescate del vallenato tradicional”, que acaba de lanzar Transmisión como parte de la celebración de los 125 años del Grupo Energía Bogotá y que busca rescatar las raíces culturales de la región del Cesar y La Guajira, donde la compañía construye los proyectos de transmisión de energía eléctrica Colectora a 500 kilovoltios (kV) y La Loma 110 kV.
En este trabajo se documenta la vida y la obra de algunos maestros de la música vallenata del Cesar y La Guajira, ritmos que fueron clave para la formación y consolidación de esta región, para fortalecer la identidad de las comunidades de esa región del Caribe, para posteriormente, juntos, edificar rutas hacia el progreso colectivo.
“La memoria del territorio; rescate del vallenato tradicional” rescata las obras de siete maestros que silenciosamente han contribuido de gran manera a que el vallenato tradicional haya sido declarado por las Naciones Unidas patrimonio de la humanidad: Ellos son Isaac ‘Tijito’ Carrillo, Andrés Eliécer ‘el Turco´Gil, José Alberto ‘Beto’ Murgas, José María ‘Chema’ Ramos, Ovidio Granados, Rafael Alejandrino Alvarado y Stella Durán Escalona.
El Grupo Energía Bogotá ha realizado otros proyectos de rescate de la memoria, Por ejemplo, con la comunidad de La Loma, en El Paso (Cesar), se construyó el libro Saberes, sabores y fogones de La Loma afrocolombiana, que recoge 71 deliciosas recetas ancestrales de esta zona, para preservar ese legado.
En Marsella (Risaralda), área de influencia del proyecto de transmisión de energía eléctrica Refuerzo Suroccidental, impulsó en el resguardo indígena Suratena los saberes y técnicas agropecuarias tradicionales y sus rituales de armonización con el medio ambiente y el plano espiritual. También propició una muestra artesanal de esta comunidad, para salvaguardar los conocimientos que han ido pasando de generación en generación.
De otra parte, en los corregimientos El Tiple y Cabuyal, de Candelaria (Valle del Cauca), por donde se construye el proyecto Tesalia–Alférez, desarrolló dos iniciativas que se centraron en reconstruir el pasado de estas comunidades mediante la memoria musical, gastronómica y artística.
En Mocoa (Putumayo), donde a comienzos de este año puso en operación la subestación Renacer, efectuó un proceso con mujeres artesanas, buena parte de ellas de los pueblos indígenas kamtsá e inga, para fortalecer la cadena de producción y de comercialización de sus maravillosos tejidos multicolores, buscando que estos conocimientos se sigan empleando y no pasen al olvido por las nuevas generaciones.
Las acciones que en esta vía desarrolla el GEB traspasan fronteras. Por ejemplo, en Perú, donde hace presencia con sus filiales Contugas, Caliddá, Electro Dunas, Perú Power y Cantalloc, es un gran aliado del Ministerio de Cultura al punto que se está proyectando la creación de un museo con las más de 1.000 piezas arqueológicas de la cultura Ica descubiertas por esas compañías.
Y en Guatemala, a través de sus filiales Trecsa y Eebis, apoya las tareas de más de 450 tejedoras que elaboran trajes y bordados típicos de este país centroamericano.
“La presencia y el reconocimiento del pasado son elementos esenciales en la construcción de comunidad. Perder como pueblo las enseñanzas adquiridas a través de los años resulta contraproducente y por eso, como un buen vecino que busca el bienestar general y el mejoramiento de su entorno, el Grupo Energía Bogotá es solidario en la búsqueda de ese propósito, tarea que asume como una obligación ética”, aseguró Fredy Zuleta Dávila, gerente General de Transmisión, del GEB.
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