En el mes de diciembre, TransMilenio inicia el proceso que permitirá la sustitución de 773 buses que forman parte de la operación de la llamada Fase I del sistema. La licitación, que debió haber empezado en 2013, se inicia con la publicación de los prepliegos para adjudicar la nueva operación.
El cronograma contempla que la licitación se adjudique en 2017 y que los nuevos buses comiencen a rodar a finales de 2018. Mientras llega la nueva flota, TransMilenio acordó una prórroga con los operadores para que sigan garantizando el servicio, pero además para que se realice una operación segura y de calidad, con los 330 buses que hacen parte de estos dos operadores en Fase I.
Alexandra Rojas, gerente de TransMilenio, ha dicho que se quiere recuperar el transporte público, el sistema de articulados, la infraestructura actual y la calidad del servicio para los usuarios que son el corazón de la operación. “Venimos trabajando decididamente en ese objetivo. El acuerdo alcanzado con Metrobús y Express del Futuro es el resultado de una negociación transparente y abierta, en la que hemos buscado garantizar el servicio, la seguridad para nuestros usuarios, la confiabilidad de la flota y tener una tarifa ajustada a la realidad de la prestación de ese servicio hoy en día”.
De acuerdo con las certificaciones emitidas por fabricantes y la legislación nacional vigente en la materia, todos los buses están certificados para operar hasta 20 años o 1,5 millones de kilómetros, tiempos y montos que en ningún momento serán alcanzados por ningún vehículo durante la ejecución de esta prórroga.
Durante la administración de Gustavo Petro se tomó la decisión de iniciar la conversión de la flota de buses de diésel a buses eléctricos, sin embargo, la Administración de Enrique Peñalosa desecho esta alternativa.