Siempre se ha reconocido que la primera víctima de toda guerra es la verdad. La guerra de Rusia y Ucrania no es la excepción, inclusive en las jornadas previas a la invasión rusa la desinformación y la censura, fueron las herramientas utilizadas por los involucrados en el conflicto para lanzarse acusaciones mutuas.
En medio de las escaramuzas, todos los bandos se presentan como paladines de la verdad, y acusan al contrincante de atrocidades con calificativos deshumanizantes y degradantes achancándole masacres y genocidios que horrorizan y radicalizan a un más a los partidarios de los bandos en conflicto.
Las noticias del horror de la guerra no tienen en sí nada de nuevo, toda guerra es cruel e inhumana, lo novedoso es en realidad la tecnología de comunicación usada para en cierta forma justificarla.
Aunque la guerra de Rusia y Ucrania no es el primer conflicto a gran escala donde las redes sociales juegan un papel importante, sí es la primera guerra donde las dos partes tienen una presencia en internet tan fuerte que podríamos considerar equiparables. Esto ha supuesto que, mucho antes de que las primeras tropas rusas cruzaran la frontera, se desarrollara una sucia batalla informativa para disputar, a nivel nacional e internacional, el relato parcializado de lo qué está pasando en Ucrania y el porqué del conflicto.
Llama la atención un correo enviado por Google Adsense a todos los abonados a nivel mundial donde hace unas severas recomendaciones que sin lugar a dudas prenden el debate de si se puede considerar una medida contra la desinformación y propaganda o simplemente un acto de censura.
Llama la atención que en el texto se advierte de “el contenido donde se divulgue que Ucrania está llevando a cabo un genocidio o atacando deliberadamente a sus propios ciudadanos” (SIC), es decir que de plano está desvirtuando cualquier otra versión al respecto, tomando tal vez partido por uno de los bandos en conflicto.