Delegados del gobierno de Gustavo Petro y dirigentes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunciaron desde la ciudad de Caracas, que se reanudan los diálogos de paz entre el Estado colombiano y el grupo guerrillero.
Las esperadas conversaciones de paz se realizarán en la primera semana de noviembre, donde se retomará la agenda creada en el gobierno de Juan Manuel Santos y que fue suspendida en enero de 2019 por el gobierno de ultraderecha de Iván Duque.
Danilo Rueda, alto comisionado de paz del gobierno de Gustavo Petro, señaló: “Hemos cumplido con los protocolos y hemos cumplido con lo que el gobierno colombiano suscribió. Esto genera confianza para que se vea el diálogo no como retórica sino como un cambio”.
Por su parte, Antonio García, máximo comandante del ELN, expresó: “Las nuevas circunstancias políticas de Colombia han permitido reiniciar las negociaciones. La confianza que tenemos ahora es que hay un viraje en la política de paz”.
Las partes aclararon en un breve comunicado que las sedes de negociación serán rotativas, que la ONU será mediadora y verificadora de las negociaciones y que Venezuela, Noruega y Cuba serán garantes del proceso.
La paz en Colombia parece una utopía, a juzgar por la complejidad del conflicto que cuenta con decenas de grupos diversos y fragmentados en un vasto y remoto territorio, sin embargo, es un anhelo con el que sueñan millones de colombianos.
La semana pasada, el gobierno anunció que 10 de los casi 30 grupos armados que tienen presencia en el país se acogieron al cese multilateral del fuego propuesto por el presidente Petro, aunque centros de estudios especializados sostienen que se trata de un dato difícil de verificar.
El conflicto armado entre el Estado colombiano y las guerrillas ha dejado más de 200.000 muertos, 8 millones de desplazados y cientos de miles de desaparecidos.