Si algo ha tenido de contradictorio el actual gobierno, es cambiar y avanzar poco por no decir que nada.
Parodiando la célebre frase de Rafael Núñez (Regeneración o Catástrofe) con ocasión del final del periodo de gobierno del federalismo de Rionegro de 1863, lo mismo se podría afirmar hoy del gobierno del “Cambio Avanza”.
Poco o nada es lo que se habla de la renovación de la clase política local, en particular de un grupo considerable de concejales que por sus cuestionables actuaciones y serviles lealtades a los últimos mandatarios de turno, han conducido a la ciudad de Soacha a una profunda crisis social, económica y política.
Contrario al eslogan del gobierno “El cambio avanza” y respaldado por los viejos dinosaurios de la política local que cumplen tres o más periodos en la duma municipal, ninguno de ellos ha considerado seriamente su retiro, y por el contrario se resisten a abandonar su zona de confort, y con desbordado optimismo hablan de hacerse reelegir, o en el peor de los casos, de aspirar al primer cargo del municipio.
Algunos de ellos, recurriendo a la vieja y desgatada estrategia de fingir aspirar para subir su cotización en el mercado electoral de sus clientelas y así para poder negociar con quienes realmente tendrán serias opciones, no repararán en venderle nuevamente su alma al diablo.
Cuenca, Cárdenas, Ospina y Arias, entre otros, ocupan los primeros lugares de la evolución de esa especie en vía de extinción, que se resisten a su inexorable desaparición, mientras otros ejemplares de reciente evolución que han llegado fortuitamente al escenario político local como Moncada, Figueroa o Sepúlveda, creen ser, no solo la renovación generacional, sino que también presumen ser la renovación política local.
Unos y otros, desde anteriores gobiernos, pero especialmente desde el actual, han venido aprobando un conjunto de medidas que no resuelven ni atenúan la situación de pobreza de la mayoría de la población mientras se dedican con esmero a promover las iniciativas empresariales del capital privado.
Fruto de tan complaciente pero rentable apoyo al gobierno, no dudaron en promover y aprobar la creación de empresas con un fuerte componente de capital privado como Catastro Avanza, ExpoXua, la Secretaría de Movilidad entregada en concesión a particulares, el plan de convertir la plaza de mercado de la comuna 2 en un centro de eventos administrado por el capital privado o las facultades otorgadas al mandatario, son entre otros las principales logros de quienes nuevamente aspiran a reelegirse mientras la ciudad quedará endeuda por el alto déficit fiscal
Si algo ha tenido de contradictorio el actual gobierno, es cambiar y avanzar poco por no decir que nada.
Los 10 meses que le quedan a Saldarriaga no serán suficientes para terminar las obras banderas de su programa de gobierno. Tendrá que ocuparse de la campaña política de su candidata Derlis Lenis para gobernar en cuerpo ajeno, asegurando a cualquier precio la lealtad de un grupo de concejales cuyo incondicional servilismo ha quedado ampliamente demostrado con la aprobación de los antipopulares proyectos que le han venido aprobando y le aprobaran hasta el fin de su nefasto gobierno.