Una bomba de mediano poder y de fabricación casera explotó cerca de la plaza de toros La Santamaría de Bogotá el pasado domingo, hiriendo a dos docenas de policías y dos civiles, dijeron autoridades colombianas.
El dispositivo explosivo, que destrozó los vidrios de las ventanas de los edificios de apartamentos cercanos, parecía haber sido instalada en una alcantarilla frente a un hostal para turistas mochileros. Fue detonado apenas unas horas antes de una corrida de toros programada, mientras miembros de la Policía antidisturbios se estaba preparando para vigilar una manifestación de activistas de los derechos de los animales.
Las autoridades no dieron un motivo para la explosión y dijeron que no tenían pruebas de que tuviera nada que ver con la reanudación de las corridas de toros en la plaza La Santamaría de Bogotá. Algunos medios de comunicación locales especularon que la bomba podría haber sido colocada por miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el segundo movimiento guerrillero más grande del país, que en las últimas semanas ha llevado a cabo pequeños ataques a objetivos policiales.
El alcalde Enrique Peñalosa dijo inicialmente en Twitter que un oficial de policía fue asesinado. Pero mientras se controlaba la escena de la explosión, eliminó el tweet y una declaración oficial de la Policía dijo que 26 personas habían sufrido metralla y lesiones por la explosión. Todos los heridos fueron llevados a tres hospitales cercanos. Seis de los heridos estaban en estado crítico con lesiones en los ojos, dijeron funcionarios.
«Los terroristas no nos intimidarán«, dijo Peñalosa en Twitter desde la escena explosiva. «Vamos a hacer todo lo necesario para capturarlos».
Un video tomado en el momento de la explosión y transmitido en la televisión local, muestra una nube de escombros derribando una caja de cableado de teléfono, en el momento en que la esquina presentaba gran movimiento de peatones y de automóviles.
El mes pasado, la Policía disparó gases lacrimógenos y arrestó a decenas de jóvenes manifestantes mientras las turbas atacaban a los espectadores que asistían a la primera corrida de toros en la capital en cuatro años. La corrida de toros del domingo era la última de la temporada de dos meses n Bogotá.
El ex alcalde de Bogotá Gustavo Petro, había descartó la realización de las corridas de toros en la ciudad desde el año 2012, pero el fallo de una tutela incoada por los propietarios del espectáculo ante la Corte Constitucional revocó la prohibición, declarando que era parte del patrimonio cultural de Colombia y que éstas no podían ser bloqueadas.
A pesar del ambiente tenso en las últimas semanas, Peñalosa descartó que los manifestantes tuvieran algo que ver con el atentado, como quisieron hacerlo ver algunos miembros del partido Centro Democrático de Álvaro Uribe Vélez.
«No es parte de nuestra hipótesis«, dijo el mandatario luego de una reunión de emergencia realizada con sus principales asesores de seguridad.
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