La Gobernación de Cundinamarca dio un paso en la preservación ambiental con la firma de un convenio de asociación con la Corporación Agua Somos, destinando más de $3.000 millones para fortalecer el esquema de Pago por Servicios Ambientales (PSA) en el Páramo de Guerrero. Este ecosistema, ubicado al norte del departamento y abarcando municipios como Zipaquirá, Tausa, Cogua, Tabio y Pacho, es crucial para la regulación hídrica de la región, ya que abastece a varios afluentes que nutren los embalses que proveen de agua a Bogotá.
El acuerdo tiene como objetivo no solo proteger los recursos hídricos del Páramo, también mejorar las prácticas productivas y fomentar la sostenibilidad entre las comunidades vecinas. Los Pagos por Servicios Ambientales son un mecanismo mediante el cual los residentes cercanos a cuencas, ríos, páramos y otros ecosistemas reciben un incentivo económico por preservar y restaurar dichas áreas, con el propósito de combatir el cambio climático y asegurar la salud de las fuentes de agua.
La distribución de los fondos del convenio se estableció de la siguiente manera: la Gobernación de Cundinamarca aportará $1.800 millones, mientras que los municipios contribuirán con más de $239 millones, y Agua Somos asignará cerca de $1.114 millones. Estos recursos estarán destinados a la conservación de 784 hectáreas en el Páramo de Guerrero, enfocándose en la preservación y restauración de áreas clave para la captación de agua y la sostenibilidad ambiental.
El secretario de Ambiente de Cundinamarca, Diego Cárdenas, destacó la importancia de este acuerdo para las comunidades rurales que, gracias a este programa, podrán recibir ingresos adicionales por su labor en la conservación del suelo y de los recursos hídricos. Según Cárdenas, este esquema mejora la gestión ambiental, a la vez que contribuye al empoderamiento local y a la construcción de una gobernanza ambiental más sólida.
El convenio también apunta a mejorar el uso del suelo, fomentar la producción sostenible y disminuir los conflictos relacionados con el uso de la tierra, a la vez que busca aumentar la conectividad entre los ecosistemas y fortalecer las funciones de los servicios ambientales. La implementación de este esquema de PSA en el Páramo de Guerrero es vista como un ejemplo que podría replicarse en otras zonas del país, incrementando las áreas de conservación y mejorando las condiciones ambientales a largo plazo.
El Páramo de Guerrero
La importancia del Páramo de Guerrero radica en su función como “esponja natural”. Este ecosistema retiene y regula el agua de las lluvias, liberándola de forma constante hacia los ríos y embalses que abastecen a millones de personas, incluyendo a los habitantes de Bogotá.
El páramo de Guerrero no solo es vital para el suministro de agua potable, también actúa como un regulador climático, ayudando a mitigar los efectos del cambio climático. Los páramos, en general, capturan y almacenan carbono, lo que contribuye a reducir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Además, son áreas de alta biodiversidad, albergando una gran cantidad de especies de flora y fauna que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, muchas de ellas endémicas de estos ecosistemas de alta montaña.
La preservación del páramo de Guerrero asegura la disponibilidad de agua para futuras generaciones y contribuye a mantener la resiliencia ambiental en tiempos de cambio climático. Por tanto, este ecosistema es fundamental para la sostenibilidad y la adaptación frente a los desafíos ambientales actuales.