Hace unos años una residente de Soacha me buscó y me pidió que le colaborara con una beca para que su hija pudiera estudiar una carrera profesional.
Como de costumbre me apersoné del caso y logré beneficiar a la niña con media beca.
No conocí a la señora, ni me enteré si hacía política o si pertenecía a un grupo específico.
Su hija hoy en día es una profesional, su vida cambio y le puede ofrecer un mejor nivel de vida a su familia.
Hoy conversaba con un concejal amigo y algunos políticos que están en plena campaña electoral. De repente la dama de la beca se acercó saludó a todo el mundo efusivamente menos al suscripto.
Simplemente la observé en silencio y no le di importancia al asunto, tal vez he cambiado físicamente con los años.