En el año 2007 investigadores de la Universidad de los Andes reportaron el hallazgo arqueológico más importante de los últimos años en el país, exactamente en el lote aledaño donde la alcaldía municipal de Soacha y el Ministerio de Educación contrataron la construcción de una ciudadela educativa sin los requisitos de protección del Patrimonio Arqueológico.
Según los arqueólogos de la Universidad de los Andes, los 340 restos hallados de indígenas muiscas tienen 800 años y pertenecen a un asentamiento completo.
Durante varios meses los investigadores excavaron y encontraron 340 restos humanos entre los que se encontraron niños y adultos y que corresponden a muiscas de hace 800 años. Los cuerpos estaban a profundidades de entre 30 centímetros y 1,20 metros, similares a los encontrados en el terreno de la construcción de la unidad educativa.
Aunque no era el primer cementerio encontrado en el municipio de Soacha por su tamaño no tiene antecedentes en el altiplano cundiboyacense, explicó en su momento Carl Lagenbaek, decano de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes. Lo sorprendente del hallazgo fue encontrar las huellas de la existencia de una aldea en forma de anillo que con el tiempo permitirá obtener información para caracterizar los procesos de desarrollo de los grupos humanos que habitaron la región en épocas precolombinas.
Con este hallazgo y muchos otros que con anterioridad se efectuaron en el sector de San Mateo no se entiende por qué las autoridades del municipio de Soacha actuaron de manera negligente e irresponsable en la protección del Patrimonio Arqueológico, hecho que por la gravedad se puede catalogar como falta gravísima que puede llegar a sanciones como destitución e inhabilidades.
Según expertos contactados por Soacha Ilustrada, la destrucción del Patrimonio Arqueológico en el lote donde se efectúa la construcción de la ciudadela educativa de San Mateo puede llegar a un 80 por ciento, y a raíz de la imposición obligatoria realizada por el ICANH solamente un 20 por ciento pudo haber sido rescatado por la empresa de arqueólogos contratada por el Consorcio MT 2011.