Asintomático

En Colombia son miles los casos de corrupción ‘asintomáticos’ que no salen a la luz pública.

Por: Mauricio Pombo

La palabra ‘síntoma’ tiene un origen etimológico curioso y complicado. Recojo lo que dice el diccionario: Préstamo (s. XVII) del latín ‘symptoma’ y este del griego ‘sýmptoma’, ‘sýmptomatos’ ‘coincidencia’, ‘síntoma’, ‘caer juntamente’, ‘coincidir’, compuesto de ‘syn’ ‘con’ (V. sin- ‘unión’, ‘simultaneidad’) y ‘píptein’ ‘caer’, ‘sobrevenir’. Tomado como término especializado de la medicina, por extensión puede aplicarse a otras áreas.

Y hoy por hoy, cuando nos referimos día a día en medio de la pandemia a los casos de los asintomáticos, se me ocurre aplicarlo a esas otras áreas. No sin agregar que la característica del asintomático de covid-19 no significa que sea menos peligroso que quien padece el virus. Pues, si bien él no padecerá la enfermedad, no significa que no esté poniendo en peligro a quienes lo rodean. Razón por la cual es necesario detectarlo y prevenir la expansión del coronavirus.

En Colombia padecemos una enfermedad mucho más peligrosa que conocemos como corrupción. Hay casos, cientos, que se detectan, pero son miles de miles los que pasan desapercibidos, los asintomáticos a quienes no se les detecta que adulteraron cifras, cometieron cohechos de solo uno, sobornaron a tantos otros, extraviaron recursos del erario y otro inimaginable número de delitos.

La corrupción no es solo un fenómeno que atañe a los estamentos públicos en todos los órdenes, tanto municipales, departamentales como estatales. También se da en la empresa privada y entre familias de todos los estratos.

Y en todos los casos solo se detectan aquellos que definitivamente no se pueden ocultar, los gravemente sintomáticos, por decirlo de alguna manera. Los que definitivamente no se pueden ocultar. Sin embargo, son innumerables aquellos casos asintomáticos, los que se saben ocultar.

Tanto los unos como los otros son responsables de los siguientes sinónimos de corrupción: descomposición, putrefacción, podredumbre, peste, fermentación, corruptela, depravación, perversión, vicio, prostitución, envilecimiento, deshonestidad etc.

La corrupción es prima hermana doble del narcotráfico, dueño de todos los estamentos de la sociedad colombiana. Allí, en ese ámbito, encontramos lo mismo. Caen algunos, más bien pocos, porque sus síntomas son inocultables y, valga decirlo, también caen porque les dañan el negocio a los asintomáticos.

A todo lo anterior se suman los gravísimos síntomas de impunidad, que son parte de la razón que permite la perpetuación de los asintomáticos ya señalados

Fuente: El Tiempo