Cheque en blanco

Por Ángel Humberto Tarquino

Como si la crisis de la salud y las difíciles condiciones económicas que afrontan actualmente los ciudadanos del municipio no fueran suficientes, el Concejo Municipal en una extenuante y poco productiva sesión, terminó otorgándole facultades extraordinarias al primer mandatario Juan Carlos Saldarriaga Gaviria para crear una empresa de servicios públicos…. y no se sabe cuántas cosas más, a todas luces inciertas en el mediano y largo plazo para el bienestar de la ciudadanía de Soacha.

Esa decisión, cuyas razones son más veladamente políticas que técnicas, se evidenciaron desde el estudio en comisión del proyecto, sin que el mismo contemplara la exposición de motivos de fondo, es decir sin contar con los estudios previos de carácter técnico, jurídico, financiero y social que demostraran su solidez, viabilidad y sostenibilidad necesarios para soportarlo.

El Alcalde, en una temeraria jugada política, adelantó en plena época de crisis, uno de los proyectos bandera de su plan de gobierno, la creación de la empresa de servicios públicos, pasando por alto una serie de procesos esenciales en virtud de las facultades que le otorga la Constitución Política en situaciones como la presente, como recurso legal para eludir los momentos que debe surtir el proyecto y que contempla la ley,  para tener expedito el camino hacia tan loable como cuestionable intención y entregarle en la practica un cheque en blanco al mandatario municipal.

Para el efecto, el mandatario municipal en una segunda jugada política, digna de la mejor literatura jurídica, tituló su proyecto de tal manera que pudiera burlar los procesos que deben surtir este tipo de proyectos al denominarlo proyecto de acuerdo “POR MEDIO DEL CUAL SE FACULTA AL ALCALDE MUNICIPAL PARA CONSTITUR UNA EMPRESA PUBLICA EN EL MUNCIPIO DE SOACHA PREVIO A LOS ESTUDIO TECNICO DE CONVENIENCIA Y FACTIBILIDAD y de dictan……….” auto exonerándose con este título de cumplir estos requisitos previos.

Cabe preguntarnos aquí, qué razones de fondo han llevado al mandatario municipal, a precipitar sorpresivamente esta iniciativa, para que Soacha, como las ciudades más importantes del país, cuente con su propia empresa de servicios públicos, cuyo modelo ideal son las Empresas Públicas de Medellín EPM.

Una propuesta de la magnitud como a la que aspira Saldarriaga, para ser realidad, no puede ser sacada como un as bajo la manga y en el momento menos propicio, porque corre el riesgo de que tan anhelado sueño se convierta en otra frustración ciudadana y se convierta en un bumerang para su gobernabilidad, pues si bien es cierto son muchos los que apoyan tacita o explícitamente su propuesta, no es menos cierto que quienes se oponen a ella son muchos más, diría, sin temor a equivocarme, que son la mayoría de los ciudadanos.

Debo ser enfático en manifestar que no me opongo por oponerme a la creación de la empresa, y menos a oponerme si es de naturaleza pública, defiendo lo público tanto como respeto lo privado, como fuentes de bienestar para los ciudadanos, pero lo que no puedo dejar de expresar, es que toda empresa, por lo general, debe considerar en su concepción, planeación y puesta en funcionamiento, así como en sus resultados, algún nivel considerable de incertidumbre frente al éxito y al fracaso.

En el curso de la sesión extraordinaria del Concejo, quizá la más larga de los últimos años, se percibió un alto grado de nerviosismo, malestar y disgusto en el líder de la coalición de gobierno concejal Juan Rivera, no solo por oponerse con  vehemencia sino con ofuscación a la propuesta de considerar por parte de la Corporación, el concepto emitido por  la Personería Municipal como  un “control de  advertencia”, sino que amenazó con prepotencia y arrogancia, solicitar a la Procuraduría General de la Nación abrirle investigación a la funcionaria por  presunta intromisión del ente de control en las funciones del Concejo  y otras  conductas que “violaban” la independencia de los poderes públicos, además recurrió al argumento según el cual es el Concejo Municipal quien elige al Personero, dando a entender con ello en cierto modo que la personería   debe estar subordinada al Concejo Municipal, o como lo llaman en el argot popular, tener una “personera de bolsillo”.

Finalmente, la opinión pública y la ciudadanía en general, deben saber, que a pesar de los numerosos pronunciamientos, observaciones y objeciones en contra de la iniciativa del gobierno por diferentes organizaciones sociales, comunales, y Juntas Administradoras Locales, no fueron tenidas en cuenta, y mucho menos consideradas seriamente por una corporación cuya mayoría está dispuesta a someterse al arbitrio y los designios del mandatario municipal.

ahtarquinog@gmail.com

 Abril 20 de 2020

* Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son del autor y no de SOACHA ILUSTRADA.