Se le viene el mundo encima a Claudia, por gritona, ¿la quieren como una aconductada primera dama? Fajardo, con amplia favorabilidad, no debe pasar de agache en temas duros
¿Es inconveniente hablar recio, confrontar, disentir, como lo suele hacer Claudia López? ¿O resulta mejor el estilo Fajardo, siempre conciliador? ¿Hay temas de coyuntura y estructura que permitan, de parte de los políticos alternativos, un trato “dulce”?
Claudia López ganó, de manera limpia, la candidatura a la alcaldía de Bogotá en un juego con reglas claras, al formidable Antonio Navarro, demostrado buen administrador, tanto como alcalde de Pasto como gobernador de Nariño.
Se abre, entonces, la posibilidad de que Bogotá cuente, por primera vez, con una mujer en el segundo cargo del país. Su formación académica, su recorrido como investigadora y su paso por el Senado, la honradez de sus campañas en contra de la corrupción, su independencia de maquinarias y toda suerte de mermeladas , su compromiso con la paz y el respeto por la diversidad, hacen de Claudia una candidata de primera línea.
No se ha resuelto aún lo que va a ocurrir en otras toldas y la baraja parece, aún, contener muchas cartas. Ángela Garzón, Luna, Galán, Lucho Garzón, el o la que diga Petro, Uribe Turbay, Morris, Jorge Rojas, Nieto…, de modo que es prematuro alinear finalistas.
Se le viene el mundo encima a Claudia López, que por gritona y pendenciera. ¿Cómo la quisieran? ¿Como una especie de aconductada primera dama, con la sonrisa a flor de labios en cualquier circunstancia? ¿Sin equivocarse por sustracción de materia, es decir, por preferir, mejor, no hablar de ciertos tópicos, al estilo de “siguiente preguntica, amigo periodista”?
Es curioso, por decir lo menos, que las quejas por el temperamento de Claudia provengan, principalmente, de algunos sectores que, sin piedad, linchan a quienes opinan diferente, por ejemplo, en materia JEP.
Claudia, fórmula vicepresidencial de Fajardo el año pasado, fue figura clave en la enorme votación del llamado centro en Bogotá en primera vuelta: se olvida que Fajardo y Claudia obtuvieron 1.2 millones de votos y que Duque quedó de tercero, detrás de Petro.
En la última encuesta Datexco, Sergio Fajardo tiene 73 puntos de favorabilidad,
le siguen Claudia López, Navarro Wolf y Jorge E. Robledo,
Uribe se raja ampliamente
En la última encuesta Pulso País (Datexco), aparece Sergio Fajardo con 73 puntos de favorabilidad, de lejos el primero en la percepción de empatía. Mientras Uribe se raja ampliamente, son Claudia López, Navarro Wolf y Jorge E. Robledo, detrás de Fajardo, los mejor percibidos por la opinión. Fajardo puede interpretar que, evitando conflictos, puede capitalizar. Al contrario.
Sin embargo, hay que recordar que los resultados de las encuestas se mueven como montaña rusa. A fines del 2017, Fajardo era, de lejos, el candidato presidencial de mayor registro.
A Fajardo le hace falta tomar posiciones con firmeza; las oportunidades para ello están a la orden del día. Las dan la congresista Paola Holguín, el fiscal general, el señor Trump denigrando de Colombia, las objeciones a la JEP… Si generalizamos, se puede afirmar que la democracia liberal es blanco de ataques por doquier. Y que Fajardo es precandidato de orden nacional.
¿Quién ha dicho que la moderación excluye la firmeza en determinados ámbitos?
Fajardo no puede pasar agachado, no debe evitar pronunciarse. Son meses y años cruciales, en Colombia y en el mundo, para pretender estar bien con todos. Ser de centro es una tremenda responsabilidad que obliga a estar sentando posiciones.
Se puede. ¿O no?
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