Colombia país de la vergüenza

portadaPor Henry Barbosa

Nadie se podía imaginar que después de 52 años de guerra y muerte los colombianos rechazaron en el plebiscito ese pacto que tardó cuatro años en negociarse y cuyo objetivo final era que los guerrilleros de las Farc dejaran las armas y se reintegraran a la sociedad.

Colombia es un país violento donde la mayoría de habitantes son hijos de la violencia, esa sería una de las explicaciones de lo sucedido con la victoria del No en el Plebiscito.

Para algunos miembros de la izquierda, Colombia es un país de ignorantes políticamente hablando, donde se han acostumbrado a votar sumisamente y sin escrúpulos por el que le ordenan, recomiendan o les pagan, sin preguntar y sin analizar las consecuencias.

No necesariamente ganó el No, ganó la abstención, esos millones de colombianos que no les importa lo que pasa en su país, ni la corrupción, la miseria, la desigualdad y la injusticia. Ganaron los que no votan, los que tienen otras prioridades como la lesión de James o Falcao, el disco de Fonseca o el reinado de Cartagena. Ellos que solo saben que en Colombia hay una guerra por que la ven en RCN y Caracol y que hablan con orgullo que ahora si pueden viajar seguros a la finca, así nunca hayan tenido alguna.

Perdió la izquierda, contaminada por la corrupción tiene que reflexionar seriamente sobre su papel en la correlación de fuerzas políticas en Colombia. En democracia gana el que tiene los votos, así de simple, no el que tenga el discurso más bonito, ni la mejor voluntad del mundo. Gustavo Petro debe entender que jamás será presidente y Jorge Enrique Robledo que la mezquindad no necesariamente es una virtud de los estadistas.

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Los promotores del No ganaron el plebiscito polarizando e incendiando al país, en el que mucha gente fue conducida, con engaños a entender que la votación era para apoyar las políticas económicas del Gobierno de Santos.

En las redes sociales y en los medios hegemónicos se movieron miles de mentiras sobre los acuerdos de paz que nunca fueron desmentidos por los partidarios del Sí. Con mensajes falsos, pero con eficacia demostrada, el No impulsó el miedo diciendo que el país caía en manos del Castro-Chavismo[1], de los fabulosos sueldos de la guerrilla y hacían una comparación con el salario mínimo, que con el acuerdo se implementaban los abortos y se instaló la idea de que con estos se llegaba a un estado de impunidad, sin tener en cuenta que el 80% de crímenes de lesa humanidad endilgados a la guerrilla son falsos y como si Colombia fuera el país donde impera la justicia.

Para los dirigentes del No bastó su conexión con el país ultracatólico y con las iglesias católica, y las llamadas evangélicas o cristianas. Álvaro Uribe, Alejandro Ordóñez y Viviane Morales, ordenaron expandir la idea de que existía una ideología homosexual en los acuerdos de paz con la cual acababan el concepto de familia e inclusive llegaron a decir que se le estaba entregando el país al diablo[2].

De labios para fuera la Unidad Nacional apoyaba el Sí, pero en realidad en su interior se inclinaban por el No, debilitando a Santos cobraban protagonismo otros actores como el liderado por el Vicepresidente Germán Vargas Lleras del partido Cambio Radical, quien lentamente viene coactando al Estado para hacerse al poder próximamente.

En su estrategia Vargas incluso manifestó abiertamente sus críticas al acuerdo basados en las mismas mentiras del No, generando mayor confusión en los votantes afines al Gobierno, incluso deliberadamente a pocos días de las votaciones el recién nombrado Fiscal General, Néstor Humberto Martínez quien hace parte de Cambio Radical, emprendió una campaña pública de debate sobre algunos puntos de los acuerdos[3], infundiendo temor por el tribunal de la verdad y carcomiendo la veracidad de la voluntad de paz de la guerrilla.

Ganó el No y con ello se demostró el aterrador poder de los gremios económicos y de los hombres más ricos del país, los Ardila Lulle, los Sarmiento, los Santodomingo, los Char, los Ríos, deben estar satisfechos, todo está en la normalidad tradicional, inclusive a la coalición por el No se sumaron los alineamientos del poder económico no tradicional: ganaderos, terratenientes y narcos se unieron para oponerse con todas sus fuerzas al acuerdo.

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La campaña del No, liderada por Uribe, Zuluaga y Ordóñez, cantaba a diario que los acuerdos iban a quitarle las tierras a los “emprendedores” del campo, que en palabras reales significa que estaban oponiéndose a la restitución de tierras a los campesinos que fueron desplazados por la estrategia paramilitar que le arrebató siete millones de hectáreas a cerca de seis millones de campesinos[4].

Nadie en el Gobierno de Santos tuvo la valentía de denunciar que quienes estaban luchando por impunidad eran los líderes de la campaña del No, beneficiarios del despojo ocasionado por el paramilitarismo de ultraderecha.

La verdadera campaña por el Sí se hizo en las redes sociales y en las calles de muchas ciudades y pueblos por parte de colectivos ciudadanos sin fuerza política alguna, sin embargo, la reflexión que queda es la enorme debilidad de estas para trascender fuera del espacio virtual. Después de Facebook y Twitter hay una realidad que se entreteje en las iglesias, en los medios de comunicación y en la política tradicional y territorial que lideran los mismos de siempre.

El poder está estructurado como una pirámide desde los municipios, donde los presupuestos, el clientelismo y la burocracia sirven para comprar voluntades, apoyos e impunidad, así como para alimentar la avaricia, ambición, codicia, egoísmo y mezquindad de los dirigentes de los partidos políticos tradicionales.

El régimen de tradición, familia y propiedad se ha expresado con toda su fuerza. La paz y especialmente su significado sigue siendo un sueño en Colombia, un país del tercer mundo condenado a seguir sumido en cien años de soledad.

henrybarbosa@outlook.com

[1] Rescatado de http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/castro-chavismo-a-la-vista-fernando-londono-hoyos-columnista-el-tiempo/13681275.

[2] Rescatado de http://www.nytimes.com/es/2016/09/28/alvaro-uribe-los-colombianos-no-saben-el-diablo-escondido-en-las-297-paginas-del-acuerdo/.

[3] Rescatado de http://www.elespectador.com/noticias/judicial/farc-deberan-entregar-bienes-antes-de-entrada-vigencia-articulo-657223

[4] Rescatado de http://www.semana.com/opinion/articulo/joaquin-robles-restitucion-de-tierras-oposiciones-de-ordonez-lafaurie-y-cabal/480609

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