Un juez especializado de Cundinamarca condenó a 40 y 39 años de prisión en establecimiento carcelario a Jaime Eduardo Poveda Candela y a su primo Miltón Norbey Candela Ordoñez, respectivamente, quienes se dedicaban a apoderarse de terrenos baldíos en el municipio de Soacha, al sur de Bogotá, para luego venderlos.
El juez en su decisión indicó que como parte de la pena, los dos sentenciados deberán cancelar una multa equivalente a 8 mil salarios mínimos mensuales legales vigentes.
Por su parte la fiscal del caso señaló que los hombres fueron condenados luego de hallarlos responsables de los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo y sucesivo, en concurso con desaparición forzada y concierto para delinquir.
Entre los años 2005 y el 2007, Jaime Eduardo Poveda Candela, quien lideraba el grupo, se apoderó de un terreno baldío en Soacha Compartir, en el cual demarcó 480 lotes, los cuales comenzó a negociar.
En el sector y con las mismas intenciones negociaba también terrenos baldíos Gilberto Arias Morales, el cual tuvo algunas desavenencias con Poveda Candela.
La investigación permitió establecer que ante los continuos enfrentamientos y al volverse más intensos los problemas, Jaime Eduardo Poveda Candela decidió contratar personas para quitarle la vida.
Con la anuencia de su primo, secuestraron a Arias Morales y lo asesinaron en un paraje cercano al sector de Soacha – Compartir.
Para esconder el cuerpo sin vida de Arias Morales, el sentenciado contrató los servicios de una pareja de indigentes, a quienes ordenó desmembrar el cadáver y envolver sus partes en bolsas plásticas, las cuales fueron botadas en un sector despoblado de esa localidad.
Luego de esa tarea, los habitantes de la calle dieron a conocer a sus compañeros que ya no se dedicaban a recoger escombros y basura sino cuerpos sin vida. Poveda Candela al enterarse de la situación ordenó a varios de sus hombres dar muerte a estos, sus cuerpos baleados fueron hallados el 9 de junio del 2007 en un paraje rural de la vereda Río Grande del municipio de Cajicá, en Cundinamarca.
Tras el hallazgo de los cadáveres, los cuales presentaban disparos en la cabeza, las autoridades los identificaron como Maribel Mendivelso García y Jhon Félix Benavides.
Otra de las personas asesinadas y posteriormente desparecidas fue Regulo Gerena Santamaría, quien hacia parte del grupo de los sentenciados y cuyo cuerpo no ha sido ubicado.