“Negocio es negocio”, así se traduce la situación que viven actualmente varios equipos colombianos, que cambian de nombre y de sede sin importar la afición que fecha tras fecha en 2023 los apoyaron y los gobiernos locales que invirtieron grandes recursos en financiación y adecuación de estadios y locaciones.
Un caso patético es el Real Soacha Cundinamarca quien cambia de nombre, escudo, de sede y se va para Bogotá.
Fueron $1.000 millones de pesos que la administración de Juan Carlos Saldarriaga invirtió en este equipo de la segunda B, dineros que fueron sacados del sector cultura y que deja muy mal parada una administración que se caracterizó por la politiquería y proyectos de humo.
El Real Soacha Cundinamarca que solamente duró seis meses en Soacha, ahora después de una campaña para el olvido, pasará a llamarse Real Cundinamarca y su escudo también tendrá una modificación, algo similar pasaría con el color de sus uniformes.
El equipo dejará el estadio Luis Carlos Galán de Soacha y ahora hará de local en el estadio del barrio Olaya Herrera de Bogotá, escenario histórico para el fútbol aficionado de la Capital.
Trasteo y cambio de nombre
Uno de los casos que más cuestionamientos ha recibido es el de Alianza Petrolera, equipo que decidió irse de la ciudad de Barrancabermeja para Valledupar, a pesar de tener una hinchada que lo acompaño fielmente durante muchos años. El equipo ahora se llamará Alianza F.C. y estará en el estadio Armando Maestre, por lo menos por los próximos cuatro años.
La decisión de los directivos del Alianza Petrolera ha generado mucha controversia y hasta rechazo por parte de sus hinchas, los cuales deberán botar a la basura camisetas, banderas, cachuchas y demás símbolos del equipo que en últimas no tuvo respeto por su hinchada.
Otro equipo que cambió de ciudad y de nombre fue el Cortuluá, que ahora se llamará Internacional y jugará en el municipio de Palmira, Valle del Cauca.
Un equipo que como los gitanos ha cambiado varias veces de sede es el club Tigres de Bogotá, quien ya anunció que abandona la capital y a su insipiente hinchada y ahora jugará en la ciudad de Sincelejo, Sucre.
Lacónica carta de despedida del Alianza Petrolera: