Mientras las campañas políticas entran en su recta final pocas de ellas hablan del lamentable estado de postración en el que quedaran las finanzas de la ciudad el 31 de diciembre de 2023. Casi todos sus candidatos continúan exponiendo sin pudor ni vergüenza sus programas de gobierno llenos de buenas intenciones con discursos sobre soluciones a la compleja realidad de la ciudadanía y de la ciudad, pero pocas de ellas, por no decir que casi ninguna, hablan nada acerca de la crisis fiscal y financiera en la que terminara el municipio al final del presente mandato.
En ese escenario de complejos problemas y soluciones, los recursos públicos de los que dispondrá el nuevo gobierno cualquiera que sea el ganador, no son tan halagüeñas como la ciudadanía podría pensar e imaginar.
La verdad sea dicha, el actual gobierno dejará en un estado de lamentable deterioro las finanzas públicas razón por la que dicho problema no ha sido precisamente uno de los temas favoritos de los candidatos de las maquinarias quienes lo eluden y lo pasan de agache, o hacen como los avestruces, entierran la cabeza en la arena para evitar decirles a sus electores que no habrá recursos para ejecutar sus propuestas de gobierno.
El alto porcentaje de inversión en infraestructura de vías parcial y cuestionablemente pavimentadas, obras institucionales y otras obras suntuosas que viene priorizando el actual gobierno sobre las necesidades más apremiantes de la población, han sido atendidas con generosidad, las que presuntamente han permitido incrementar algunos patrimonios y financiar algunas campañas políticas en Soacha.
La creación de presuntas “empresas públicas” con severos cuestionamientos por su constitución jurídica y composición accionaria a las que se les debió inyectar una suma importante de recursos en manos del capital privado para iniciar operaciones que, como la actualización catastral, además de implicar una inversión de aproximadamente $ 22.755 millones con resultados nefastos, también se creó EPUXUA empresa cuya finalidad es financiar, administrar y gerencias múltiples actividades de negocios, recibió una inyección de $ 58.712 millones, sin que se conozcan aún los primeros resultados.
La celebración de eventos, el posicionamiento de su programa de gobierno, las costosas entrevistas pagadas a medios nacionales para satisfacer su ego, así como los viajes a exóticos destinos sin ningún beneficio para la ciudad, forman parta de algunas formas del desangre de los recursos públicos como se ha venido advirtiendo durante los últimos días en el marco de la campaña electoral que como es costumbre, correrá por cuenta del erario público, es decir del dinero de los contribuyentes, cuyo monto serán un récord que deberá revisar con lupa el Concejo Nacional Electoral de tan astronómico despilfarro, lo que da muestra de los desbordados intereses económicos y la obsesión de poder que se mueve al interior de una sola campaña que no escatimó en gastos con tal de asegurar la continuidad del poder en cuerpo ajeno.
La ciudadanía no debe ni puede olvidar que luego de cuatro intentos frustrados por llegar al poder que realizó Saldarriaga, y que solo logró alcanzar en el quinto intento, desarrolló una extraña teoría que coincide con la coloquial expresión según la cual “no hay quinto malo” y según la cual “si de 100 negocios que uno emprende, fallan 99 y uno solo tiene éxito, eso es ganancia”, con la diferencia que al actual mandatario luego de cuatro intentos frustrados por llegar al poder en el gran negocio de la alcaldía, en el quinto le ligaron absolutamente todos los demás negocios.
En próxima entrega se hará una exposición más detallada de la situación de las finanzas públicas de la ciudad que espero sirva como un insumo para que los ciudadanos tomen decisiones responsables en la elección del nuevo gobierno que dirigirá está ciudad.
*Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son del autor y no de SOACHA ILUSTRADA.