Por Eduardo García, exclusivo para Soacha Ilustrada
Soacha es un municipio que permanentemente está en crisis, muchas de estas crisis producidas por la pérdida de valores entre su misma población, y es que los ejemplos no han sido muy edificantes, debido a una clase política insolidaria y avarienta que vive alejada completamente no solo de los problemas que sufre la población, sino de la búsqueda colectiva de soluciones.
Las Juntas de Acción Comunal fueron fundamentales en la construcción de la Soacha actual, prácticamente se fortalecieron gracias a su lucha diaria por mejorar las condiciones de cada barrio. El parque, el salón comunal, la pavimentación de las calles, la seguridad, fueron logros que en su momento mejoraron el nivel de vida de los soachunos.
Hoy viven un momento de crisis que perfectamente las puede llevar a su desaparición y es la politización del 90% de ellas. Ya nadie les cree, ya no son portadoras de iniciativas, de trabajo mancomunado, ahora los cargos de sus diferentes dignatarios han sido permeados por lo más despreciable de la lagartería y la politiquería, hecho que las mantiene completamente alejados de la realidad y sobre todo de los fines para lo que fueron creadas.
Hace pocos días se vio como vergonzosamente se trenzaron en una “lucha sin cuartel” por hacerse elegir en la denominada ASOJUNTAS. Allí vimos como politiqueros mediocres apadrinados por concejales, e inclusive representantes a la Cámara, andaban a la caza de votos de la forma más descarada. ¿Quién se siente representado en esta Asociación?, o mejor, ¿Quién cree que esta sirva para algo? Como será el nivel tan bajo a que han llegado las juntas que la Personería tuvo que instalar un tribunal de garantías para evitar el fraude y como prueba que las cosas no están bien, en una de las mesas instaladas ganó el voto en blanco.
Pero qué decir de las Juntas Administradoras Locales, un invento desastroso que ocurrió hace varios años cuando unos aventureros vinieron a convencer y a vender un proyecto a los políticos de Soacha. Con un proyecto fusilado que rápidamente fue aprobado por el Concejo municipal de la época, se dividió el municipio en comunas y corregimientos. ¿Hoy quien puede decir que eso haya servido para algo? ¿A alguien le interesa conocer si se vive en la comuna 5 o 6? Lo único cierto es que presupuesto no hay y los problemas son los mismos.
Pues bien, los ediles completamente politizados, defienden y representan feudos electorales de políticos que no tienen ningún respeto por las personas que dicen representar. Con chalecos llamativos entregados por la Alcaldía, organizan paseos, venta de asados, asisten a todos los actos públicos a ”calentar puesto”, aplauden todas las iniciativas de la Administración así algunas estén erradas o no sirvan para nada. Un caso patético fue la inauguración de su última sede, donde la novedad como hecho extraño no fueron los proyectos o propuestas, sino los discursos de los políticos invitados, a todos invitaron, menos a la comunidad. Son unos personajes ridículos que no representan a nadie y en donde el 99 por ciento de la población ignora que existan.
Temas importantes como bibliotecas públicas, colegios, teatros, transporte urbano, paraderos para el servicio público, adecuación de parques, lucha contra el microtráfico, aseo, vigilancia al presupuesto de obras, denuncia de irregularidades entre otros, no son su prioridad, ahora lo importante es el color del chaleco, los votos, los asados, la cita con el político e inclusive de cuando les van expedir los carnet.
Pero con lo que realmente la sacaron del estadio fue la propuesta que hicieron a raíz de la visita del exministro Lucho Garzón.
Con el falso discurso ya trasnochado de Soacha como receptor de víctimas del conflicto armado, de desplazados y de población desmovilizada, anunciaron que propondrán el “voto en blanco”, así ni pierden los votos de los vecinos que apoyan a Santos, ni pierden los votos de los vecinos que apoyan a Uribe y lo más importante, no pierden la confianza de sus amigos políticos, que bien pagan esos “voticos”.
Esto es una vergüenza, son las únicas personas en el mundo que ni les va, ni les viene la paz o la guerra, es decir les da igual que siga la guerra otros 50 años.
Se acerca el momento más importante de la historia reciente del país, mientras tanto, los ediles de Soacha es mejor que se queden haciendo politiquería y organizando asados, le harían un favor grande al municipio y a Colombia.