En un operativo conjunto, tropas de la Décima Tercera Brigada del Ejército Nacional y personal de la Fiscalía General de Nación, desmantelaron un laboratorio clandestino donde se procesaba clorhidrato de cocaína y pasta base de coca y que tenía capacidad para producir tres toneladas de droga mensualmente.
Este laboratorio ubicado en un área de difícil acceso en la zona rural del municipio de Sibaté, puso en evidencia una nueva modalidad utilizada por los narcotraficantes, laboratorios móviles a pocos kilómetros de las ciudades y que son utilizados por cortos periodos de tiempo.
Entre el material incautado por el Ejército se destacan 94 kilos de pasta base de coca, dos armas de fuego, cartuchos y proveedores de diferente calibre, dos radios de comunicación, 500 galones de combustibles; además de marcianos, prensa hidráulica, hornos, plantas eléctricas y otros elementos utilizados para la elaboración del narcótico.
Operativo
La ubicación del laboratorio se logró gracias a informaciones aportadas por la ciudadanía que notó con extrañeza un inusual movimiento de personas y de vehículos de carga en una zona rural del municipio de Sibaté (Cundinamarca). Según los informantes, por lo menos tres veces por semana personas extrañas a la región movían mercancía y caminaban hacia un área boscosa de difícil acceso.
Durante el allanamiento, las tropas tuvieron un enfrentamiento durante varios minutos con los vigilantes del complejo cocalero, tras un corto intercambio de disparos, cuatro hombres fueron capturados y toda la infraestructura dispuesta para la elaboración de los estupefacientes fue inspeccionada.
El complejo narcotraficante estaba compuesto por cuatro estructuras rústicas de madera y plástico. En una eran almacenados los insumos líquidos y sólidos, en otra se hacía el proceso secado de la cocaína, uno más servía de cuarto de máquinas y en el espacio más pequeño había una cocina.
Las autoridades encontraron además un área que servía como lugar de alojamiento para los operarios del laboratorio, el cual podía hospedar cerca de 15 personas. Todo el complejo narcotraficante fue destruido por la unidad militar de la Décima Tercera Brigada perteneciente a la Quinta División del Ejército Nacional.
Las evidencias físicas recaudadas indicarían que el estupefaciente iba a ser agrupado en un municipio aledaño a Sibaté, camuflado en tractocamiones y trasladado a un puerto en Pacífico colombiano para luego ser embarcado con rumbo a Centroamérica.
La Fiscalía les imputó a los cuatro detenidos cargos por concierto para delinquir, tráfico de sustancias para el procesamiento de narcóticos, y tráfico y porte de estupefacientes. El juez 60 penal municipal de Bogotá impuso medida de aseguramiento en centro carcelario.
Daño ambiental
Para las autoridades es preocupante el daño ambiental que este tipo de laboratorios artesanales produce en el ecosistema, en el lugar donde fue ubicado el complejo narcotraficante los investigadores identificaron un ecosistema húmedo y dos quebradas que cruzaban entre las rusticas construcciones levantadas para el procesamiento de la droga.
Peritos se encargarán de establecer el nivel de contaminación de la quebrada Chiquinquirá y una desembocadura del río Subia, y de la capa vegetal afectada por el funcionamiento del laboratorio. En el lugar fueron tomadas muestras del agua luego de verificar el vertimiento de insumos, gasolina y otros productos tóxicos.
No es el único laboratorio encontrado en la zona rural de Sibaté
Este no es el primer laboratorio de producción de cocaína ubicado en el municipio de Sibaté, en el mes de agosto de 2015 se encontró un laboratorio exprés similar en un sector de La Cuchilla, en la vereda San Miguel. En esa ocasión las unidades de la Fuerza Pública allanaron una zona campamentaria, compuesta por 10 cambuches en los que podían albergarse unas 10 personas. En el lugar además de cocaína procesada y base de coca, las autoridades encontraron líquidos e insumos químicos utilizados para la elaboración de los alucinógenos, y elementos como tanques plásticos, hornos microondas, cilindros compresores, calderas, hidro bombas, mangueras de plástico y un troquel para marcar los paquetes de droga.
Posteriormente en el mes de diciembre de 2016, en un operativo conjunto realizado por la Décima Tercera Brigada del Ejército y la Fiscalía General de la Nación en una bodega ubicada en el casco urbano de Sibaté, se realizó la incautación de dos toneladas de cocaína que estaban siendo empacadas en boyas metálicas, cargamento de alcaloides al parecer perteneciente al cartel mexicano de Los Zetas y cuyo valor aproximado en el mercado negro estaría por los 100 millones de dólares.
Las autoridades no descartan que en la zona existan más laboratorios camuflados entre la espesa vegetación de la zona rural de Sibaté y Fusagasugá.
“La acción de la Fiscalía y de la fuerza pública es eso, los mantenemos correteados y precisamente por esa situación cada vez se están reinventando y cada vez están buscando nuevas maneras de cómo hacerle el quite a la autoridad y pues desafortunadamente para ellos y afortunadamente para nosotros la ciudadanía también está comprometida en esta tarea”, aseguró el general Luis Mauricio Ospina, comandante de la Décima Tercera Brigada del Ejército.
Mayo 12 de 2018