CARTA ABIERTA DE UN HABITANTE DE LA CALLE A DIRIGENTES DEL PARALIMPISMO
Respetado Dirigente del Paralimpismo Colombiano
Saludo Paralímpico;
Usted debe ser el cambio que desea ver en el movimiento asociativo y el sistema. En la dimensión de la grandeza no necesito esperar que nadie cambie para empezar ahora mismo hasta lograrlo. Deber indelegable.
El reciente cuarto de siglo tuve el privilegio de vivir los mejores años de mi vida a bordo del periodismo a pie, desde el asfalto, acompañando la idea que me restauró la voluntad y la pasión por mi oficio. Caminar al lado de la cultura del paralimpismo, voluntario, sin ningún nombramiento, me aportó las mejores claves, el mejor buen ejemplo visto en los atletas, para transmitir los valores que potenciaron la formación ética de mi familia, de mis hijos, de mi esposa y la mía. Ser honorables es la norma de conducta observada por nuestros atletas en este ejercicio conjunto al cual nos vieron acudir siempre en familia.
En esa dimensión y con el mapa del proceso paralímpico en estas neuronas y esta memoria, con la casi totalidad de nombres de los dirigentes que han asumido responsabilidades en el ejercicio de funciones al frente del sistema asociativo legalmente reconocido para realizar el derecho al deporte de los colombianos con discapacidad, hablo de sistema federado, federaciones deportivas y ente rector del sistema, el CPC, escribo para reivindicar todo lo bueno que cada uno pudo aportar. Algo bueno hizo cada uno al frente de la responsabilidad asumida en el tiempo que haya correspondido.
Hoy tengo un sueño, alegórico a la proclama histórica de Martin Luther King, cuyo mausoleo visité en Atlanta 96, en los primeros juegos paralímpicos que viví y en donde expresé al finalizar todo lo maravilloso que allí encontré: «después de vivir esto solo pido a Dios que me permita educar a mis hijos y podré morirme feliz». Hoy estoy al filo de esa meta.
El sueño es que este sea el momento de iniciar de cero, como si todo comenzara con grandes privilegios que son todo lo que existe para el paralimpismo y todos tuviésemos la grandeza y capacidad de emprender un comienzo con un chip pletórico de buen ejemplo, dignidad, pasión por hacer y hacer sin ningún atisbo de inferioridad frente a la responsabilidad.
Soñar el paralimpismo como esa «cultura del nuevo milenio» que postulamos hace veinte años, en 1997, durante el primer congreso mundial de deporte paralimpico en Bogotá, es pensarlo en la dimensión del ejemplo exacto que debe ser transmitido a atletas como el adolescente que ganó oro, plata y bronce en los juegos paralímpicos de Río 2016 y todos sus compañeros con menor o mayor edad.
Ese sueño es posible con una determinación muy sencilla, un acto de voluntad posible de aportar en clave de grandeza y generosidad, todos, mirar al frente, hacia adelante, cerrar el retrovisor, en un compromiso ético con responsabilidad inquebrantable. No se habla en este sueño de borrón y cuenta nueva, ni de olvidar, ni de impunidad. Cada ser humano tiene pleno derecho a sus padecimientos internos. Se habla de respeto y convivencia en la diferencia. Se habla de coherencia en la prédica, inclusión real.
Si alguien con honestidad plena siente que puede lanzar la primera piedra, por los atletas, que se aguante las ganas de hacerlo. En la realidad hoy del sistema, no queda bien lanzar primeras piedras, declararse impoluto o mostrarse víctima de lo sucedido. No lo hacen los atletas ajenos a las decisiones y actos realizados, que nadie lo haga. Que no haya dedos acusadores o señalamientos públicos por aquello de efectos distractores con verdades a medias.
No más juego primario de maniqueísmo, buenos y malos. Renunciar a lanzar fango en la dignidad de personas. No más megalomanía ni ruido egocéntrico. Adjetivos hay miles para calificar lo que pasa, pero esta idea aquí propuesta es contraria a la pobreza humana.
Recuerdo a Juan Palau Francas, ISOD 1997, quien hablaba en el Estadio El Campín, ante la institucionalidad colombiana, de un pacto «ético político» para sacar adelante el derechos de los atletas con discapacidad. Hoy en memoria de ese dirigente, postulo el sentido y la dimensión de ese enunciado. Por los atletas, por el buen ejemplo, la invitación es a silenciar la artillería verbal negativa. Todas las quejas y acusaciones, con todo el rigor de la ley pero en absoluta discreción, con todas las constancias legales, ante las instancias institucionales y con toda la eficiencia para su seguimiento. Veedores y garantes de que se surta la verificación de todo lo de ley, el periodismo, los ciudadanos y los atletas en su deber de estar informados y pedir con respeto y discreción cuentas claras. Eso tiene el nombre de control social y es un deber de todos sin excepción. Es lo que falta por realizar.
Señor dirigente del paralimpismo, es usted ser humano de conciencia o de lo contrario no merecería ser llamado así. El enemigo del proceso y del movimiento en este punto de la geografía universal, es el desorden. Poner cada cosa en su lugar, es la solución y con esto podemos comenzar.
La humanidad vive una época de honda transformación que adolece de confusión, incertidumbre, miedo, desconfianza, nerviosismo, turbulencia, temor por no saber qué vendrá. La invitación es a asumir una actitud de empatía y ponerse en la piel de los atletas de hoy, los adolescentes, los nuevos, los que vienen abriendo camino, los que han hecho la historia para pensar que sentiría cada uno sin entender por qué los grandes logros y que pasa en el gobierno deportivo.
¿Qué va a pasar? es la pregunta de todos hoy.
«Perdonar es recordar sin dolor»
Todo lo que como idea soñada es propuesto aquí, se llama sobriedad, honorabilidad, decoro, coherencia, madurez del buen ejemplo exacto.
Desde mi conciencia no hablo de lo que he hecho por el paralimpismo para el cual he vivido los mejores años de mi recorrido, prefiero agradecer lo que el paralimpismo como actitud, ejemplo inspirador y forma de vida hizo en mi proceso personal y familiar. El paralimpismo en momentos que parecían sin salida en una sociedad con apariencia fallida sin solución, me permitió aplicar toda mi voluntad y mi pasión para reafirmar mi esencia ante el periodismo como vocación y servicio público ciudadano y lo más importante, como responsable de una familia que hoy me permite declararme satisfecho y orgulloso. Lo único que profesaré hasta el final por el paralimpismo como idea superior es gratitud. Ojalá los instrumentos que somos todos los comprometidos con llevarla adelante, incluso desde la calle, desde el asfalto, los hagamos más limpios cada día inspirados en la grandeza y generosidad.
«El débil nunca puede perdonar. El perdón es el atributo de los fuertes». M. Gandhi
«Usted debe ser el cambio que desea ver en el mundo». M. Gandhi
- Habitantes de la calle somos todos los ciudadanos que actuamos para incidir en lo público y nos movemos en función de ejercer y proteger derechos efectivos para todos.
Copia: Olga María Saenz Ramírez, Hernán Troncoso, Juan Palau Francas, y todos los veedores de este proceso desde la dimensión superior, como también todos los nombres de dirigentes que aún luchan en la dimensión terrenal por comprender todo lo que pasa. Invitación a mencionar en este muro nombres de dirigentes del paralimpismo que han aportado en este proceso.
Aporto estas líneas como constancia de un ideal en cuya búsqueda todos podemos aportar hacia un horizonte de coherencia, convivencia en la diversidad, diferencia e inclusión real. Esta es una invitación a una conversación sincera, magnánima, honesta y de grandeza sobre el paralimpismo y el derecho al deporte inclusivo y accesible. Invitación a escribir entre todos la memoria histórica fidedigna y grande del paralimpismo colombiano y el futuro limpio con el mejor buen ejemplo para nuestros jóvenes y futuros atletas con sus familias.
Saludo de respeto y solidaridad paralímpica,
Hernando Ayala M. Periodista Autónomo, Independiente.
Con mayor esfuerzo por el respeto y la empatía con cada uno, espero dirigirme a la conciencia de los deberes y derechos de atletas, periodistas, servidores públicos del deporte, familias del paralimpismo y ciudadanía toda por una ciudadanía deportiva y una ciudadanía del paralimpismo. También al dirigente del paralimpismo en toda latinoamérica.
Gracias.