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Esta semana el país sobrepasó la penosa barrera de los 60 mil fallecidos por COVID19 así el presidente Duque haga lo posible por maquillar la cifra omitiéndola en sus comunicaciones oficiales. Esta es sin duda una tragedia de proporciones que solo podremos entender una vez que todo retome la ‘normalidad’ y las ausencias de nuestros seres queridos, de cientos de emprendimientos y empresas se marquen aún más.
El Ministro de Salud, Fernando Ruiz, afirmó que con las vacunas que contamos tenemos asegurada la vacunación del 92% del talento humano en salud del país. Temerario, si se me permite, pues tal anuncio olvida que solo una pequeña parte de la primera línea logró obtener solo la primera dosis. No solo hace falta la segunda, sino la inmunización de todo el personal que no es de primera línea (más de 800.000 trabajadores de la salud).
Ahora bien, si las entregas y la distribución de Pfizer, Sinovac y el programa Covax se cumplen como ha sido anunciado públicamente, para finales del mes de marzo se habrían satisfecho las metas de los meses de febrero (1.113.240), marzo (2.314.620) y entraríamos en una nueva etapa del plan nacional de vacunación con un excedente de 33mil dosis.
El plan del gobierno en el papel es prometedor, llena de esperanza, pero es evidente que el inicio y la ejecución han sido muy pobres. La acción del gobierno por lo general es tardía, las metas del PNV van cambiando como si fuera un juego -tal como pasó en el mes de febrero- y la primera línea de inmunización cada vez es más angosta; es decir, las cifras van acomodándose como mejor les convenga.
Para la muestra un botón, el pasado miércoles 3 de marzo llegaron al país 100.002 dosis de la farmacéutica Pfizer, las cuales, al cierre de esta columna, 3 días después de su recepción, aún no habían sido distribuidas en el territorio nacional.
Por casos como el anterior es que es difícil creer ciegamente en las buenas intenciones del presidente y su gabinete, y aún más difícil creer que a punta de anuncios de llegadas de vacunas las personas se van a inmunizar.
La realidad hoy es que aún hay un inmenso rezago con respecto a la meta de vacunación fijada para febrero y los días que llevamos de marzo. Deberíamos llevar a la fecha más de 1.500.000 dosis aplicadas. Ojalá, y lo digo con toda la fe puesta en que suceda, ojalá que todas las entregas se logren de manera oportuna y que la diligencia en la distribución y aplicación estén a la altura de la situación. De lo contrario tanto bombo y tanto cinismo seguirán siendo adornos adicionales para la crisis. Sería devastador para el país llegar a un tercer pico de contagio por culpa de un proceso de vacunación paquidérmico.
Es urgente y necesario cumplir con las metas propuestas en el Plan Nacional de Vacunación y cuanto antes poner en marcha una verdadera estrategia de inmunización MASIVA. Hasta entonces, Presidente, Ministro, en su gobierno el papel lo seguirá aguantando todo, pero la cruda realidad seguirá siendo otra.
** Senador de la República por el Partido Alianza Verde