Hernández es un corrupto imputado penalmente que tarde que temprano terminará en la cárcel, y eso es precisamente por lo que buscan hacerlo elegir como Presidente de Colombia a como dé lugar, sin importar sobre quien o quienes tengan que pasar.
El santandereano Rodolfo Hernández es la última carta que se juega Álvaro Uribe Vélez, las anteriores fueron un completo fracaso, a Óscar Iván Zuluaga primero le limpiaron el expediente por los sobornos de Odebrecht y luego tuvieron que abortar su candidatura ante el rechazo de sus mismos copartidarios; otro que cayó en el camino fue Federico “Fico” Gutiérrez, un oscuro personaje lleno de escándalos y cuya candidatura no le daba para ser siquiera administrador del conjunto de donde vive; otro que resultó “quemado” fue el mediocre y banal Sergio Fajardo, un personaje que como él mismo lo reconoció “no inspira nada”. Fajardo será si al caso una simple y mala anécdota, una intrascendente y fugaz candidatura de una mala persona y un mal perdedor.
Pero el “uribismo” y la ultra derecha no descansa, y detrás de Rodolfo Hernández viene el más macabro y tenebroso plan para retener el poder y el sistema de corrupción imperante.
Hernández es un corrupto imputado penalmente que tarde que temprano terminará en la cárcel, y eso es precisamente por lo que buscan hacerlo elegir como Presidente de Colombia a como dé lugar, sin importar sobre quien o quienes tengan que pasar.
Si eligen a Rodolfo Hernández, la lucha por la Presidencia del Senado será sin cuartel entre los partidos Centro Democrático, partido Conservador, partido de La U, partido Cambio Radical y partido Liberal, porque el que elijan va a terminar siendo el PRESIDENTE DE COLOMBIA, como en Perú, Bolivía y Brasil.
El proceso de Rodolfo Hernández puede durar un año, máximo dos. Todo el mundo augura que de ser elegido será suspendido y sometido a un proceso de destitución ante las abrumadoras pruebas en su contra, por lo que según la Constitución lo tendría que suceder la vicepresidenta Marelen Castillo, pero todos están de acuerdo que por sus conocimientos no duraría dos meses en el cargo y ante la presión política renunciaría. En ese caso el Presidente sería el presidente del Senado hasta terminar el periodo. No necesariamente tendría que llamar a nuevas elecciones. Hagan sus apuestas y adivinen ¿Porque los partidos están haciendo fuerza porque Rodolfo sea elegido?
Y ya hay candidatos, por el Centro Democrático María Fernanda Cabal y Paloma Valencia están prestas a sacrificarse por el encargo, sin embargo, como no dan la talla y eso lo sabe todo el mundo, el ungido va a ser finalmente Miguel Uribe Turbay.
El conservatismo, partido al que solo le interesa los puestos y los contratos, solo tiene a Efraín José Cepeda Sarabia, político marrullero que ha sabido sobrevivir entre la violencia y la corrupción de los políticos de la Costa.
El partido de La U, solo tiene una bandola compuesta por apellidos envueltos en escándalos de compra de votos y corrupción que no es prenda de garantía ni siquiera entre ellos mismos. Así que veremos a los Garcés, Besaile, Name, Chagui y Gnecco, buscando la oportunidad, así se para adornar simplemente el decorado y dar la sensación de democracia.
Del partido Cambio Radical, considerado el partido más corrupto del país, la decisión del candidato a presidente del Senado depende del amo y dueño absoluto del partido, Germán Vargas Lleras, en su orden aparecen David Luna, Arturo Char, Antonio Zabarain y Carlos Fernando Motoa, como quien dice “que entre el diablo y escoja”.
Del partido Liberal, ni hablar, acaban de coger preso por corrupción a su candidato Mario Alberto Castaño, pero le quedan en el tapete Mauricio Gómez Amin, a quien el escándalo de robo de tierras lo tiene sin cuidado y Miguel Ángel Pinto, a quien el extraditado alias “Otoniel” mencionó por presuntamente recibir ayuda y sostener conversaciones con miembros del Bloque Centauros de las Auc.
Los partidos de oposición, como lo ha sido en toda la historia, por ser minoría, simplemente serán observadores ante semejante aplanadora política.
Lo único que salva a los colombianos de hoy y del futuro es el triunfo de Gustavo Petro. Entonces la historia será otra.