El timón del barco es liderado por una soachuna soñadora

La Fundación Tejiendo Hilos de Agua y Tierra- Tehati, es el claro ejemplo de que es posible alcanzar sueños, su amor por el medio ambiente los convierte en la mano amiga de diferentes comunidades y entidades en el municipio de Soacha.

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La mañana es fría, las personas aparecen una detrás de la otra con abrigos, gorros, sombreros, guantes, tenis y botas. Ya es hora de partir, son las 8 de la mañana y hay cerca de 250 personas en el parque de Soacha, de allí saldrán los buses que los llevarán a cumplir con una misión ambiental en el predio Aguas Vivas, lugar en donde nace el Río Soacha.

A pocos kilómetros del destino final la vía se reduce y las personas deben continuar el recorrido a pie, solo hay paso para camionetas, después de algunos minutos la comunidad llega al predio Aguas Vivas en la vereda Hungría, la altura en este lugar está entre los 3000 y 3200 metros sobre el nivel del mar y su vegetación es nativa de tipo arbustivo, característica de zona de subpáramo.

El timón del barco lo lleva la Fundación Tejiendo Hilos de Agua y Tierra- Tehati, en cabeza de una de sus cinco fundadoras, Diana Cruz Mican, una joven de 32 años de edad, estudiante de derecho, defensora implacable del ambiente, oriunda de Soacha ella es una soñadora y está convencida de que el punto de partida para el bienestar social empieza con la educación ambiental que se le inculque a niños, jóvenes y adultos en las diferentes comunidades.

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Rápidamente organiza los grupos de trabajo para la siembra y para la jornada de educación ambiental que se desarrolla al mismo tiempo. Después de una bebida caliente e instrucciones precisas con voz fuerte y firme se da inicio a la actividad.

Mientras cada grupo cumple con sus labores, ella se detiene un momento en el vivero guardería, cuenta su primer anécdota, cuando pensaba que plantar un árbol era fácil y tras algunos intentos de siembra viendo como a los dos meses el árbol moría supo que era una tarea disciplinada, rigurosa y técnica, aprendió que el tamaño del hueco tenía importancia, así como la preparación del mismo con cal u otras sustancias dependiendo las condiciones del suelo para la siembra.

Después de contar la anécdota entre risas, Cruz Mican asegura, que “el nacimiento de La Fundación Tehati se da en el 2013, cuando la personería en ese entonces no tenía capacidad de atender la cantidad de quejas que a la oficina llegaban y decidió enterarnos sobre las diferentes organizaciones existentes explicándonos sus funciones para que todo quejoso supiera a dónde debía dirigirse en su momento, y fue justo en ese camino en dónde Tehati se cruzó con la CAR, entendimos que era la organización que necesitábamos en el proceso que queríamos desarrollar”.

Y añade, “en ese preciso momento, comprendí que muchas veces nos quejamos demasiado pero hacemos muy poco por si mismos, vivimos esperando que todo nos den en la mano”, también entendió que no conocía su territorio y que era momento de actuar, de cumplir metas y sueños.

Fue así como se organizaron legalmente como Fundación, cuyo objeto social es promover el desarrollo social y ambiental de las comunidades y de esta manera empezó la vinculación con la Corporación. Inicialmente con un convenio denominado “Devolviéndole la vida al Tierra Blanca” con el fin de reconocer la importancia del humedal, y actualmente, con el convenio de Cultura del Árbol denominado “los viveros las guarderías de los árboles”.

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Entre tanto, los participantes a la jornada educación ambiental y siembra recorrían las diferentes estaciones. En la primera estación encontraron el vivero guardería, aquí se hizo una analogía entre el ciclo de vida de los árboles y el de las personas, los niños estaban tan contentos que por un momento pensaron en tomar uno de los árboles del vivero y llevarlo a su casa, pero de inmediato Diana les dijo que era imposible porque ninguno de esos árboles sobreviviría en un lugar diferente a la zona de subpáramo.

De esta manera continuaron a la segunda estación, aquí reconocieron las funciones y partes de los árboles, con trazos firmes sobre el papel dibujaron el árbol para después llegar a la estación de siembra, donde además de plantar, observaron detenidamente y entendieron que el árbol es fuente de vida.

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Ya en el lugar de siembra sorprendió que los huecos llevaban tres días de hechos, Diana explicó que el suelo en este lugar tenía demasiada acidez y que para bajar esta concentración se hicieron con anticipación los huecos y se les aplicó cal, solo de esta forma estarían listos para hacer la plantación ese día.

Pero esa no fue la única característica observada, también fue curioso encontrar que cada quince huecos conformaban un grupo y que ese grupo estaba un tanto distante del otro, por lo que Diana no tardo en aclarar que todo consistía en una técnica de siembra conocida como módulos de sucesión sustentada en hacer pequeños parches de vegetación que se van acercando a parches ya existentes que conforman el bosque nativo.

También, aplicaron la técnica de nodrizas o niñeras en la cual se toma la parte exterior del módulo de huecos para sembrar especies de tipo arbustiva y rápido crecimiento, lo que hacen estas especies es que protegerán a las que están ubicadas en el centro que son de lento crecimiento.

Con esta explicación culminó la jornada de siembra, el balance realizado por la Corporación y la Fundación fue positivo, la alegría de Diana y sus compañeros se compara con la felicidad de un niño cuando recibe el regalo más esperado, durante el día se sembraron 1.000 árboles para completar 6.000 plantas entre Pino Romerón, Duraznillo, Arrayan, Espino, Mano de Oso, Chilco, Ciro y Aliso, todas ellas hacen parte del proceso que Tehati ha realizado en los últimos años en el predio Aguas Vivas.

Por un instante Diana recordó lo difícil que fue empezar pero se regocija de alegría al ver los resultados obtenidos hasta el momento. Suspira al tiempo que concluye, “… ya cogidos de la mano con la CAR, a través del programa de Cultura del Árbol todos cumplimos sueños, porque la Autoridad Ambiental quería promover la Cultura del Árbol y Tehati quería continuar restaurando Aguas Vivas con la comunidad”.

Fuente: Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR

GALERIA:

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