Varios incendios que se presentaron en la noche del pasado miércoles dejaron daños ecológicos y ambientales irreparables que necesitaran años en volver
Tres conflagraciones, en Chipaque, Nemocón y Cucunuba, tuvieron que ser atendidas de manera urgente por los cuerpos de bomberos en Cundinamarca.
El punto más crítico de los incendios se dio en el municipio de Chipaque, en el cual, hubo afectación a pastizales de rastrojo bajo pertenecientes al bosque nativo del municipio.
En el municipio de Nemocón, se registró un incendio que arrasó con 10 hectáreas de bosque. 25 unidades, entre bomberos, defensa civil, y funcionarios de la alcaldía del municipio, liquidaron rápidamente la emergencia. Sin embargo, un miembro del cuerpo de bomberos de Zipaquirá, que apoyo las labores de mitigación del incendio, resultó herido con quemaduras de segundo grado.
En el municipio de Cucunuba, se presentó un incendio forestal localizado en la vereda de Chapala. Allí 10 hectáreas de bosque resultaron calcinadas por el paso avasallante de las llamas. La conflagración, no obstante, fue controlada por las 5 unidades de bomberos movilizadas.
Según denunció el capitán Álvaro Farfán, delegado de la federación de Bomberos de Cundinamarca, hay manos criminales detrás de los incendios que fueron controlados en las últimas horas.
“Infortunadamente, las manos del hombre siguen siendo el principal factor de los incendios forestales en Cundinamarca. Los daños ecológicos y ambientales son irreparables y afectan a todos por igual, sin distinción de clase social, credo o bandera política. Cuidar y proteger el medio ambiente es responsabilidad de toda la humanidad”, sentenció Farfán.
En lo que va corrido del año en el departamento de Cundinamarca se han registrado 470 incendios forestales. La más alta de los últimos tres años. Las conflagraciones tuvieron su punto más álgido a finales de enero y mediados de febrero. Solo en abril, los bomberos han atendido 46 incendios forestales en 23 municipios.