La Alcaldía de Soacha reportó el hallazgo de una roca que contiene importantes pictografías del que se desconoce el tiempo en que fueron creadas.
El valioso hallazgo se realizó gracias a información de la comunidad residente de la vereda Panamá del corregimiento Uno de Soacha.
Con este hallazgo se completan 181 rocas con pintura rupestre que han sido codificadas y sistematizadas a través de los años en el municipio de Soacha, labor que ha sido coordinada por el director del Museo Arqueológico de Soacha, Everardo Herrera.
Hallazgo
La roca se encuentra en un área utilizada anteriormente como escombrera y hoy a su alrededor tiene los asentamientos urbanos subnormales producto del crecimiento de la zona conocida como Altos de la Florida.
Precisamente durante la exploración se encontró una acumulación de escombros de construcción que contenían algunas piedras talladas en forma circular, restos de procesos industriales de las empresas que funcionaban antiguamente en el sector de la vereda Panamá.
Aunque los paneles con pintura rupestre no han sido dañados, la roca actualmente en uno de sus costados presenta un graffiti de venta de lotes, aviso posiblemente realizado por los urbanizadores del asentamiento humano del alrededor.
Como es usual ante este tipo de hallazgos, la Secretaría de Cultura y Turismo, informó oportunamente al Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), sobre el hallazgo, quedando a la espera que esta autoridad nacional decida realizar una visita al sector.
Este afortunado hallazgo ha generado expectativas y entusiasmo a la comunidad del sector, quienes solicitan se realice una exploración completa al área en busca de más patrimonio arqueológico.
Por el momento la Alcaldía de Soacha ha iniciado el proceso de registro e inventario para integrar este bien de interés cultural al Plan de Manejo Arqueológico del municipio e implementar las medidas adecuadas para su preservación.
Sinopsis
Hasta el momento no se tiene evidencia alguna que las pictografías que se han encontrado a través del tiempo en Soacha y la Sábana de Bogotá fueran realizadas por los Muiscas, se estima que las pinturas tienen entre 6.000 y 12.000 años de antigüedad, pero la datación de estas imágenes es imprecisa, sobre todo porque un estudio riguroso de su edad nunca se ha hecho.
Así como se desconoce completamente quienes las hicieron, el significado de las pinturas es todo un enigma, de igual manera el motivo porque fueron hechas y se descarta que tengan alguna relación con la civilización muisca que habitó en esta zona.
En Soacha las primeras exploraciones en busca de pintura rupestre fueron realizadas por el ingeniero e historiador Miguel Triana, quien las registró en sus libros ‘La civilización Chibcha’ (1922) y ‘El jeroglífico Chibcha’ (1924), posteriormente el investigador Guillermo Muñoz, siguiendo los pasos de Triana realizó a finales de la década del 70’ una exploración del territorio, sin embargo, esta investigación en su momento no se conoció o se publicó.
A finales de la década del 80’, un ciudadano soachuno desconocido inició un reconocimiento y exploración de las zonas arqueológicas en busca de pintura rupestre. El fruto de las largas marchas en solitario, sin recursos, y varios años de lucha y de denuncia, hizo que, a través de charlas en colegios públicos y privados, conferencias, visitas guiadas y escritos, concientizar a una pequeña capa de la población soachuna en especial de jóvenes en la necesidad de ubicarlas, identificarlas, preservarlas y protegerlas.
Estas alarmas produjeron con el tiempo el mayor cambio cultural del municipio de Soacha en toda su historia, hoy la sociedad soachuna sabe de su rico pasado y de la importancia de proteger su patrimonio arqueológico y de sus saberes y potencialidades culturales.
Sin embargo, la pasividad y la falta de iniciativa por parte de los ciudadanos y de la desidia de los encargados de velar por la preservación de este patrimonio, ha permitido que día a día muchos lugares que contienen patrimonio arqueológico vayan desapareciendo paulatinamente, problemática que no solo se presenta en Soacha, si no también en la mayoría de municipios del país.
Todos los colombianos, tenemos la responsabilidad de hacer que este patrimonio cultural al aire libre, sea tratado con una adecuada protección y concientización, de lo contario está condenado a desaparecer.