Los disturbios que se presentaron en las postrimerías del encuentro ente América de Cali y Atlético Nacional habrían sido planeados desde antes si América no lograba la remontada.
Las barras bravas del América habían establecido que al finalizar el encuentro por ningún motivo el Nacional podría dar la vuelta olímpica en el estadio Pascual Gurrero y mucho menor recibir la copa de campeón de la Copa BetPlay del fútbol profesional colombiano.
En las redes sociales rondaba una información sobre la decisión que tomaron los aficionados escarlatas de no ver a Nacional campeón en el Pascual Guerrero, provocando estos disturbios solo para frustrar la celebración del ‘verdolaga’ en su estadio, y viendo que ya faltaban pocos minutos para terminar el partido y que América necesitaba todavía dos goles para igualar la serie, iniciaron el boicot quemando pólvora, lanzando elementos desde la tribuna e ingresando al terreno de juego donde hubo enfrentamientos con la fuerza pública.
Cuando transcurría el minuto 84 la fiesta se dañó por los disturbios que empezaron a presentarse en la tribuna sur del Pascual Guerrero, donde se ubica la barra de Barón Rojo y de ahí en adelante todo fue caos y tristeza.
Los jugadores de Atlético Nacional tuvieron que celebrar y recibir el trofeo en el camerino por los disturbios en la tribuna y la cancha.
Casi a la medianoche y luego de tener que celebrar y recibir el trofeo de campeón en el camerino, los jugadores, directivos y cuerpo técnico de Atlético Nacional tuvieron que abandonar el estadio Pascual Guerrero en tanqueta.
Tras casi cuatro horas, la Policía destinó una tanqueta de la institución para poder evacuar del estadio a los dirigidos por Efraín Juárez, que debían ir hasta el aeropuerto Alfonso Bonilla Arangón, ubicado en Palmira, para su regreso a Medellín.
El partido para definir el campeón y que era la despedida de América del delantero Adrián Ramos terminó en disturbios, vandalismo y por ello tanto la Policía en Cali, como la Alcaldía anunciaron que están investigando para individualizar a los responsables de estos hechos que dejaron policías lesionados, hinchas heridos, y la comunidad afectada por hurtos, saqueos y daños en las viviendas y locales comerciales de los alrededores del estadio.