Un hecho que pasó desapercibido en el municipio de Soacha fue el suicidio en plena audiencia del sacerdote Germán Restrepo Quintero, fundador de la iglesia Jesús de la Buena Esperanza, acusado de múltiples casos de abuso sexual contra menores de edad, y quien en el año 2005 había sido condenado por casos de estafa realizados en Soacha y Sibaté.
Restrepo Quintero murió el pasado 8 de agosto, durante la audiencia judicial que se le seguía en la ciudad de Cúcuta.
Según los testigos, el hombre cayó al suelo luego de tomar varios sorbos de una botella con agua que inexplicablemente el sacerdote ingreso al recinto. En la audiencia se le imputaba cargos por el abuso sexual contra una niña menor de 14 años.
Restrepo Quintero, decía pertenecer a la Iglesia Apostólica de Jesús de la Buena Esperanza, pero la verdad es más oscura, el pastor tenía en su contra doce denuncias por abusos a niñas de entre 12 y 17 años.
Las madres de algunas de las niñas afectadas denunciaron que el presunto sacerdote después de ganarse su confianza, les daba una bebida que las mareaba, mientras se encerraba con las posibles víctimas para abusar de ellas.
Falso médico homeópata
La Corte Suprema de Justicia, el 9 de marzo de 2005 ratificó una condena de 37 meses de prisión al supuesto religioso y que afectó a varias personas en los municipios de Soacha y Sibaté, en Cundinamarca.
El pastor Restrepo Quintero fue hallado responsable del delito de estafa agravada, en una demanda por ejercer como falso médico homeópata, oficio que desempeñaba en un consultorio localizado en la carrera 17 No. 5-80, en el barrio Pablo Neruda del municipio de Sibaté.
“El falso médico homeópata Restrepo Quintero, luego de timar al señor Esteban Ramírez abandonó el lugar donde tenía el “consultorio”, ubicado en el sector Pablo Neruda, adelante de Soacha”, dijo en su momento la ponencia del magistrado Sigifredo Espinosa Pérez.
Bien relacionado
Una vez se conoció el suicidio del falso sacerdote, se escucharon varios comentarios de los supuestos nexos que Restrepo Quintero mantenía con políticos, empresarios y funcionarios públicos de la ciudad de Cúcuta, algunos de ellos seguidores de su iglesia Santa Apostólica Jesús de la Buena Esperanza.
“A Cúcuta solo venía para las misas programadas y se quedaba en casa de sus seguidores, que eran personas pudientes, donde lo hospedaban y atendían con la mejor comida”, señaló un abogado que lideró los procesos de denuncias de varias de las presuntas víctimas.
Germán Restrepo Quintero siempre aseguró que fue perseguido, calumniado y juzgado por la labor que desarrollaba. Sin embargo, las iglesias católica, anglicana y ortodoxa, a las que decía pertenecer, no lo respaldaron.
Noviembre 14 de 2018