Soacha Ilustrada hace un aporte a la reconstrucción de la historia del municipio de Soacha y pone a disposición de sus lectores su página de HISTORIA.
La malaria (que significa mal-aire) es una enfermedad causada por parásitos que se transmiten a través de mosquitos infectados. En el mundo, un niño muere de malaria cada 30 segundos. En 2006 se registraron 247 millones de casos de malaria y 880.000 muertes, la mayoría en África. La malaria es prevenible y curable. Desde tiempos prehispánicos y más aún desde la Colonia, la Nueva Granada contó con un tratamiento natural de la enfermedad: la cascarilla de quina.
El descubrimiento de la quina en el Nuevo Reino de Granada generó una doble expectativa: los criollos, descubrieron una riqueza propia que, junto con otros recursos naturales, podría darles una independencia económica que, a su vez, traería independencia política. De otra parte, la quina, que se utilizaba como febrífugo y para combatir el paludismo, fue para el sabio Mutis y el imperio español una razón más para impulsar el desarrollo del mercado.
La quina
El paludismo es una de las enfermedades tropicales frente a las cuales aún, en pleno siglo XXI, el ser humano combate sin obtener una completa victoria. Esta enfermedad, que aquejó a indios, negros, criollos y españoles por igual, encontró en la quina un posible antídoto.
La Nueva Granada, rica en recursos vegetales fue lugar de explotación de la quina. Mutis, quien tuvo a cargo la Expedición Botánica, se interesó profundamente en el reconocimiento de las especies de quina que crecían en el territorio. Uno de sus pupilos, Francisco José de Caldas, se especializó en registrar, gracias a cálculos barométricos, la altitud y los territorios en los cuales crecía la quina, con miras a su comercialización.
La quina fue el recurso que enriqueció a algunos comerciantes españoles y criollos. Entre ellos al sabio Mutis, quien destinó parte de las ganancias a la construcción de la Casa de la Expedición Botánica y el Observatorio Astronómico, del cual fue director el Sabio Caldas y que sería escenario de reuniones y tertulias. Allí, en el Observatorio, el 19 de julio se preparó la conspiración del 20 de julio.
La quina es también símbolo de identidad. Por ejemplo es el árbol nacional del Ecuador y desde el año 1825 el árbol de la quina forma parte del escudo del Perú.
La Quina en Soacha
Isaac Farweil Holton, naturalista y químico norteamericano, visitó el país a comienzos de la década de 1850; en el relato de viaje proporciona una imagen desconocida de la historia de la quina en Soacha.
A medias del siglo XIX la manufacturación de la quina había dejado de exportarse por falta de demanda en Europa. Sin embargo, algo que todo el mundo desconocia era que en la Hacienda Tequendama funcionaba una fábrica de quinina en las instalaciones de un antiguo molino.
El encargado de la fabricación estaba a cargo de un químico francés de nombre Louis Godian; Holton en su narración asegura que la quinina allí producida no era apreciada en Bogotá, a pesar de su pureza y buena fabricación, pues «la puede haber peor, pero no mejor que esta”.
La corteza, traída de las montañas del sur era pulverizada a mano; la responsable de extraer la quinina era la esposa o compañera de Godian.
De ella dice Holton:
“Esta última resultó ser negra, de pura sangre africana y un magnífico ejemplar de su raza. Su nombre de soltera es Joanna Jackson y me contó que hasta la última vez que tuvo noticias de su madre, ésta vivía en Haverstraw, y que si tuviera la seguridad de que todavía estaba allá le gustaría enviarle cien o doscientos dólares”.
Joanna Jackson era todo un personaje en Soacha, cuentan que las tiendas cerraban para atenderla exclusivamente a ella cuando entraba a comprar, caso contrario a la manía de los hacendados de Soacha que solamente pasaban por el pueblo cuando se dirigían a Bogotá a comprar mercaderías importadas de Francia e Inglaterra.
Joanna era culta, hablaba perfectamente varios idiomas y tal vez por su pasado, trataba a los soachunos con respeto y consideración, algo que la diferenciaba de los dueños de las haciendas de las afueras de Soacha.
Dice Holton: “Me comentó que cuando salió de los Estados Unidos los candidatos para la presidencia eran el General Jackson y el señor Van Burén, pero que se imaginaba que el general ya había muerto. Joanna estuvo en Irlanda, Inglaterra, Alemania y Rusia trabajando como sirvienta, pero hoy es una dama en la Nueva Granada y tiene sirvienta blanca. Joanna es una de las dos únicas personas en este país que sabe fabricar quinina en grandes cantidades«.
Las menciones de Holton no fueron las primeras fábricas relacionadas con la quinina existentes en nuestro medio; décadas antes, durante la breve administración del virrey Francisco Gil y Lemos, quien reemplazó a Caballero y Góngora, se ordenó el cierre de las fábricas de quina, rapé y pólvora, esta última ubicada en el Aserrío que funcionaba cerca al río Fucha.
Abril 20 de 2019