“Resultó ser humano”, titulaba hace días el gran medio de prensa, en la sección deportiva, el acontecimiento del día, por encima del resultado, donde la selección de Argentina vencía a Países Bajos en el Mundial de Fútbol Qatar 2022. Aclaro que, rara vez en las noticias leo algo relacionado con los deportes y mucho menos verlas en los múltiples canales de la parrilla de tv.
Lo que pasa es que hasta cierto punto me incomodan este tipo de cubrimientos dado que a veces parecen contenidos para la farándula. Es una crítica para algunos medios masivos de comunicación que utilizan el deporte para adormecer, justificando una falsa construcción de la nacionalidad, que se queda en la apariencia de vestir una camiseta tricolor y dejando de ser crítica, ante la desigualdad, falta de oportunidades y la realidad de miles deportistas que, de manera silenciosa, disciplinada y con mucho afecto construyen sus carreras sin una política pública al respecto.
Volviendo a mi relato, estando en un consultorio médico esperando a ser atendido, leí el mencionado relato, en donde su autor, conocedor de todos los triunfos de nuestro protagonista en ciernes, describió todos sus títulos, haciendo énfasis en sus récords medidos en goles.
Leyendo esta crónica me pude enterar del triunfo de la selección Argentina contra la de Países Bajos, anterior Holanda, la “naranja mecánica” del mundial de Alemania de 1974, finalista tanto en este mundial como en Argentina 1978, con la cual perdió la final, allí hay un ingrediente a tener en cuenta para la rivalidad con el equipo argentino.
Fue un partido vibrante de principio a fin, como si se tratase otra vez de la final del 78 y como si acaso, en la teoría de la termodinámica, al definirse el resultado por penaltis, los ánimos se caldearon a tal punto que el popular jugador 10 argentino rompió su acostumbrado mutismo para increparle en plena entrevista al jugador neerlandes Weghorst, las palabras de bobo, inmediatamente la prensa internacional y redes sociales reaccionaron trascendiendo el suceso, en mi entender pudo ser más grosero, pero fue muy cuidadoso.
Sin embargo, para nuestro sorprendido cronista deportivo esta salida de casillas del astro argentino, le significo bajarlo de su pedestal y en su insulto, pudo entrever, que definitivamente resultó ser humano.
Posdata: Terminó otro Mundial de fútbol, muy polémico, por cierto. Anhelo tener la ciudadanía mundial para en cuatro años hacer parte de esta fiesta.