Con la creación de la Región Metropolitana de Bogotá los municipios aledaños a la capital se preparan para recibir la avanzada de las empresas constructoras para adelantar proyectos urbanísticos que cambiaran para siempre la vida en sus territorios.
Precisamente los habitantes y concejales del municipio de Sesquilé (Cundinamarca), denunciaron la construcción de un conjunto residencial en una presunta zona de reserva ambiental.
El proyecto está compuesto por trece torres, cada una de seis pisos, lo que significaría 1.500 apartamentos y la llegada al municipio de siete mil nuevos habitantes.
Según el último censo del Dane, Sesquilé es un municipio con quince mil habitantes y dentro de su POT, la expansión del territorio no se haría de forma tan rápida como se plantearía con la construcción de esta urbanización.
Está construcción es liderada por Valesma Compañía de Inversión S.A.S, que asume este proyecto con Licencia de Urbanismo otorgada por la municipalidad, en el Acuerdo No.004 del 20 de marzo de 2019.
Este acuerdo se logró luego del cambio de suelo que realizó el exalcalde del municipio, el fallecido Nelson Uriel Robayo López, quien hizo uso de la famosa ley Lleras (Ley 135 de 1961) para permitir la construcción en este predio que anteriormente se consideraba como zona protegida ambiental.
“En esa zona se realizó un cambio de uso de suelo de forma extraña, no entendemos cómo el exalcalde permitió que se construyera un proyecto tan ambicioso como ese, en una zona donde la prestación de servicios públicos es precaria. Sumado a esto, acá se está afectando unas fuentes hídricas que ellos no quieren ver. Esto anteriormente era un tipo de humedal y la CAR lo ha confirmado”. afirmó Hugo Prieto, habitante del municipio.
Estas afirmaciones las confirmó la concejal Sonia Muñoz, quien ha sido una de las defensoras de este espacio y ha instaurado varias peticiones de nulidad del proyecto ante las entidades ambientales.
“Acá se está construyendo sin importar los acuerdos que tiene el municipio con la región. No se están respetando las fuentes hídricas, así ellos no lo quieran ver, este espacio de casi 10 hectáreas es una reserva ambiental y no podemos permitir que se construyan unos apartamentos que el municipio no está preparado para recibir”, comentó.
Precisamente, la concejal se acercó a la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), para solicitar estudios cartográficos y ambientales de esta zona.
La entidad emitió dos conceptos, el último lo realizó en el año 2021, donde resalta que “no se evidencia el nacimiento de fuentes hídricas, pero si espacios de agua fluvial que aumenta en temporada de lluvias. Se solicita a las autoridades regionales tomar acción y proteger esta fuente de agua”.