¿La Soacha que soñamos?

Por Ángel Humberto Tarquino

Próximo a cumplir los primeros 100 días de gobierno el alcalde Julián Sánchez Acosta aún evidencia dificultades en la conformación definitiva de su gabinete de gobierno, y también dificultades en el cumplimiento de sus más inmediatas promesas anunciadas al inicio de su mandato que le han valido la crítica y el cuestionamiento desde diversos sectores políticos y sociales del municipio.

Vamos por partes. Las diferentes jornadas de encuentros populares para la construcción del Plan Municipal de Desarrollo (PMD) brillaron por su improvisación, baja afluencia de ciudadanos y limitada participación social restándole legitimidad, credibilidad e importancia al ejercicio de la participación ciudadana. Así mismo su deficiente y poco rigurosos diagnostico en la formulación del PMD y sin articulación con las necesidades expresadas por la ciudadanía, lo hacen un plan ambiguo, sin estrategias y políticas, sin programas y subprogramas, sin metas e indicadores y sin plan financiero.

No han sido pocas las críticas razonables y justas en relación con la conformación de la totalidad de integrantes del Consejo Territorial de Planeación, quienes deberían haber emitido su concepto antes del 31 de marzo para su debate y aprobación en el Concejo Municipal.

Aunque paradójicamente el mandatario se ha venido quejando que le dejaron la “olla raspada”, no dudó en mostrar sus dotes de ejecutor de los recursos públicos al firmar un contrato por $ 75.954.580.00 con la empresa Nexus Coaching School según el Secop II, para posicionar y socializar su compromiso político más importante en cada encuentro ciudadano: la incorporación del municipio a la Región Metropolitana Bogotá Cundinamarca.

Entretanto, no pocos de los nuevos funcionarios de tercer y cuarto nivel que prestan sus servicios a la nueva administración vienen trabajando “al gratín” y sin contrato de trabajo, lo que dicho sea de paso le permitirá probar la lealtad de sus seguidores, y de uno que otro de los funcionarios que alcanzaron a abandonar a tiempo el hundimiento del barco del saldarriaguismo.

Julián Sánchez Amaya

De otra parte, ocupado en calmar la ansiedad por la espera a la que sometió a su coalición de gobierno en el Concejo Municipal para adjudicar contratos y cargos públicos de primero y segundo nivel, a casi 100 días de su gobierno no ha logrado conformar la totalidad de su gabinete, quedándole solo el camino de ofertar algunos cargos por la vía de la “meritocracia amarrada”.

Así mismo, en una exótica demostración de “populismo neoliberal”, logró aprobar por mayoría absoluta la eliminación gradual del impuesto a la telefonía celular que fortalecía  la financiación de los sectores de la cultura, el medio ambiente y el deporte, dejándolos a merced de su voluntad de mandatario y de sus conveniencias políticas futuras y aplazando la solución de fondo relacionada con la revisión del estatuto tributario y las desproporcionados incrementos que seguirán gravitando sobre los menguados ingresos de los contribuyentes.

Tan generosa y aparente justicia y equidad tributaria solo pretenden justificar la importancia que para el mandatario y hoy presidente de la Federación de Municipios de Colombia, tiene para convertir la ciudad en un apéndice de su ambicioso proyecto de Región Metropolitana justificando su necesidad como la única vía para canalizar los recursos que la ciudad requiere para el desarrollo y el bienestar de los ciudadanos.

En materia de seguridad la ciudadanía pasa por una de sus peores periodos de pesadillas y zozobra, pues como se desprende de los informes de la prensa local y de la percepción de los ciudadanos, las cifras de los resultados contra el crimen organizado y la delincuencia común no solo desbordan la capacidad operativa de las autoridades de Policía, la Fiscalía y el sistema local de justicia, sino también de la capacidad del nuevo Gobierno para caracterizar el delito y en consecuencia definir estrategias apropiadas para combatirlo con imaginación y creatividad.

Las comisarias e inspecciones de la ciudad luego de tres meses de instalarse el nuevo gobierno afrontan un déficit de funcionarios que atiendan la alta demanda ciudadana, carecen de logística de trasporte para atender situaciones críticas en diversos sectores de la ciudad mientras los ciudadanos esperan que sus problemáticas sean resueltas.

En los próximos días el mandatario deberá afrontar su primera prueba de fuego al finalizar la prórroga de operación de vehículos del servicio público de pasajeros de las empresas locales con la Secretaría de Movilidad de Bogotá, sin que se sepan los avances logrados en la búsqueda de soluciones por parte de la mesa que presuntamente se creó para tal fin, generando la más preocupante expectativa por parte de los usuarios de este servicio.

De remate, hace poco más de un mes, la Contraloría General de la Republica fijo su interés sobre el avance de la obra del proyecto TM en las etapas II y III, en las que expresó su preocupación por el atraso de las mismas y la prórroga que se le otorgó hasta diciembre de 2025 a la empresa constructora para la entrega total de la obra. El Gobierno local no ha vacilado en especular con apoyo de directivos de TM que en los próximos meses entrará en operación el servicio.

ahtarquinog@gmail.com

*Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son del autor y no de SOACHA ILUSTRADA.