En los últimos 5.000 años de civilización, registrada en escritura cuneiforme, tabletas de arcilla y papiros, el hombre ha hecho 15.000 guerras o enfrentamientos armados (promedio 3 guerras por año) y los muertos suman millones de millones. ¿Esta milenaria y dolorosa experiencia sanguinaria le ha enseñado al hombre a no matar?
Esto obliga a deducir que la experiencia sólo ha llevado al hombre a ser cada vez más egoísta, codicioso, brutal, desconsiderado, lo que lo ha hecho menos inteligente y más egocéntrico. La conclusión salta a la vista: ¡El hombre no aprende por vía sufrimiento!
El hombre siempre ha estado centrado en sus intereses mezquinos, individualistas; sólo pensando en su propio bienestar y el de su reducida familia, importándole un pepino el bienestar social y el sufrimiento de los demás. Y lo más grave, que esta absurda y estúpida forma de pensar es acicalada por los grandes medios de comunicación impresa, radial, televisiva y redes sociales por Internet… ¡Y por un dañino sistema educativo que induce a los estudiantes al éxito material como meta suprema!
El maestro universal, la televisión, condiciona, por el método repetitivo, a los adolescente al consumismo desbordado, al materialismo de oropel, al desprecio por el pobre, al culto al dinero fácil, y a la admiración por personajes siniestros y de farándula, como los capos de las mafias, los asesinos seriales o los ladrones con títulos académicos.
¿Qué hacer para que el hombre cambie su mezquindad? ¿Será que los millones de muertos por guerras y por catástrofes naturales es un mecanismo de la naturaleza para equilibrar las cargas?, ya que, si no nos matamos, ¿no cabríamos hoy sobre la faz de la tierra?
La pregunta del millón es: ¿La experiencia, que es el maestro del dolor, en verdad si enseña y cambia a las personas?
¿Cómo es posible que después de miles de años de guerras el hombre no haya aprendido a respetar la vida?
Mientras no haya la total y profunda comprensión de lo que somos realmente en esencia, de cómo es la vida y mientras el hombre se crea el hacedor de todo lo que hace… el hombre jamás cambiará, cómo viene sucediendo desde hace miles de años, ya que el verdadero cambio es un salto cuántico a un nivel de conciencia superior sin ego.