Durante una audiencia ante fiscales peruanos, el empresario brasileño Marcelo Odebrecht** confirmó que financió las campañas políticas de la oposición venezolana con la intención de evitar problemas en el futuro.
De acuerdo con Odebrecht, ex presidente del conglomerado que lleva su apellido y maneja la mayor constructora de América Latina, Venezuela es el segundo país en el que se pagaron más sobornos, con un total de 98 millones de dólares.
La confesión de Marcelo Odebrecht sobre la financiación a la oposición venezolana, contrasta con el silencio de los medios de comunicación colombianos que han tomada la caída de Nicolás Maduro como causa propia. Contrasta además el silencio del secretario de la OEA Luis Almagro, acérrimo enemigo del Gobierno venezolano.
Se inicia entonces un nuevo capítulo en el escándalo de Odebrecht, las autoridades brasileñas y venezolanas empiezan a destapar el entramado creado por las fuerzas opositoras venezolanas.
Al margen de las indagatorias pertinentes para probar la veracidad de lo dicho por Marcelo Odebrecht, su señalamiento destapa toda una red de intereses foráneos que financian y dirigen desde la distancia a la oposición venezolana, entramado con responsabilidad directa, tanto en la grave crisis económica como en los actos violentos que dejaron 121 muertos –nueve de ellos quemados vivos– y miles de heridos durante el más reciente ciclo de protestas convocadas por las cúpulas opositoras al chavismo.
Preocupa enormemente a las fuerzas democráticas del continente aparte del conflicto entre el régimen de Maduro y la derecha venezolana, que la confesión de Odebrecht confirma la llegada de un volumen masivo de recursos para financiar a políticos venezolanos del país que detenta las mayores reservas de petróleo del mundo y destapa la manera en que los capitales trasnacionales garantizan su acceso a recursos naturales estratégicos, pasando por encima de la voluntad popular y de cualquier control jurídico o democrático.
**Marcelo Odebrecht se encuentra sometido a un proceso judicial en Brasil por su implicación en una gigantesca trama de corrupción con recursos de la mayor constructora de la región y de la petrolera Petrobras. En el transcurso de los interrogatorios ha puesto al descubierto los sobornos entregados por la compañía a políticos de varios países latinoamericanos –incluido Colombia– a cambio de la asignación de contratos.
Enero 7 de 2018