Aunque el eslogan de la campaña política de Giovanni Ramírez Moya pareciera más el título de un éxito musical de los años 70 que el eslogan de una campaña política, la verdad es que el candidato de las entrañas ideológicas y políticas del partido más corrupto del país, se perfila como uno de los favoritos a la Alcaldía de Soacha lo cual tendría graves implicaciones para el futuro de sus habitantes y de la ciudad.
Luego del bochornoso espectáculo provocado durante la realización de una encuesta diseñada sobre medidas y financiada por su jefa política Betty Zorro, que finalmente terminó ungiéndolo como candidato, el resultado produjo en su incipiente coalición una desbandada que empezó con los precandidatos a la alcaldía y luego continuó con la estampida de numerosos aspirantes al concejo de partidos y movimientos como A$I y el Partido Liberal hacia la campaña del hombre que IN$ISTE con las naranja$ para “refre$car la política”
Las lealtades y amores eternos que se prometieron los precandidatos del partido Cambio Radical, fuera quien fuera el ganador fue efímera, y la tan esperada luna de miel terminó sin pena ni gloria y sin un considerable número de votos por los hechos que harían sonrojar al más cínico de los líderes políticos. Al finalizar el proceso de su precandidatura y el inicio de su campaña le dejó como saldo una sombra de desprestigio ocasionado por los hechos mencionados que divulgaron profusamente los medios locales y nacionales.
Como si lo anterior fuera poco, su paso por el concejo municipal presenta un pobre balance a su favor en materia de presentación de proyectos de iniciativa personal con impacto positivo en el bienestar de los ciudadanos mientras los problemas que han profundizado la ya deteriorada calidad de vida de los ciudadanos como la acelerada expansión urbana promovida por de los financiadores de la campaña de su otrora adversario político y hoy aliado Juan Carlos Nemocón, la llegada del proyecto de Ciudad Verde II, el destino de los recursos de la plusvalía, los bonos de agua, el déficit en infraestructura educativa, el fracaso en la construcción del hospital y otros temas sensibles para la ciudadanía, guardaron sepulcral silencio y permanecieron ignorados en la agenda del concejal.
Solo ahora, fungiendo como candidato, Ramírez ha recobrado la memoria y se ha venido acordando de ellos en los pocos debates realizados en diferentes medios proponiendo en materia educativa dar “cobertura total” a la población escolar, lo que en la práctica se traduciría en el incremento del actual número de convenios a dueños de colegios privados financiadores de su campaña, fortaleciendo las clientelas electorales mientras simultáneamente habla de gestionar recursos para la construcción de 4 a 6 megacolegios.
Mientras diversas empresas abandonan el municipio por las dificultades de movilidad y costos que las vuelven inviables, o en el peor de los casos porque el contrabando y el neoliberalismo las lleva a la ruina y al cierre definitivo de sus operaciones y sin saber que qué tipo de industrias podrían llegar al municipio dentro de su estrategia de atraer nuevas empresas, como buen culebrero promete establecer “alianzas con el SENA para la preparación de los estudiantes en las competencias y habilidades que reclamarían las áreas de expansión industrial, la economía naranja, agroindustrial y de energías limpias”
* Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son del autor y no de SOACHA ILUSTRADA.