En enero de 1963, el sencillo “Please Please Me” se convirtió en el primer número uno de los Beatles. A ese título le siguió un álbum, que se grabó en un solo un día y con los intérpretes resfriados.
El álbum “Please Please Me”, de los cuatro músicos jóvenes de Liverpool, se dio a conocer en el Reino Unido el 22 de marzo de 1963 y logró ubicarse entre los diez mejores títulos de la lista de álbumes del país. El 8 de mayo ocupó el primer puesto, donde permaneció 30 semanas seguidas. Fue reemplazado por su segundo álbum, “With The Beatles”.
El éxito de The Beatles se debió, en parte, a dos personas que creyeron en la banda: Brian Epstein, jefe de una tienda de discos y mánager del grupo, y el productor musical George Martin.
Sensacionales y fabulosos
A finales de 1962, la banda era cada vez más conocida, pero seguía tocando en pequeños clubes o era telonera de otros artistas. Los Beatles estuvieron un año dando conciertos casi sin parar. En clubes en Inglaterra, en Hamburgo (Alemania), en el “Star Club”, o en programas televisivos, donde se les conocía como “The dynamic Beatles”, o “The fabulous Beatles”.
El primer sencillo “Love Me Do”, lanzado en octubre de 1962, solo alcanzó el número 17 en las listas, pero dio a conocer al grupo en todo el país. Martin quiso grabar un nuevo título, “How Do You Do It”, escrito por Mitch Murray, un compositor popular en las décadas de 1960 y 1970. Pero los Beatles quisieron dar a conocer una canción compuesta por ellos mismos.
Además, John Lennon había grabado en septiembre de 1962 “Please Please Me”, junto con “Love Me Do”. A George Martin no le gustó el estilo de esta versión de la canción: demasiado monótona, demasiado lenta. Así que fueron de vuelta al estudio y grabaron una nueva versión que, según el productor musical, los capultaría al estrellato.
Exhaustos por la gira
George Martin se mostró entonces confiado: “Acaban de grabar su primer número uno”. El sencillo fue lanzado el 11 de enero de 1963, y el pensado de Martin dio frutos de inmediato.
La entonces popular cantante Helen Shapiro se llevó a los chicos de gira. Así que estaban exhaustos cuando Martin los invitó al estudio, el 11 de febrero de 1963 para grabar el primer disco de larga duración en un solo día.
George Martin quería extraer la aspereza y la originalidad del grupo. Además de los cuatro títulos ya disponibles, lograron grabar diez canciones en vivo. En el último título, “Twist and Shout”, John lo dio todo con su voz afectada ya por los numerosos conciertos. Después de dos tomas, ya no podía cantar más, pero el resultado de su voz rasposa ha quedado grabada en los oídos de millones de fanáticos.
Martin solo usó una grabadora de cinta de dos pistas y añadió algunos instrumentos. Necesitaron entre 15 y 90 minutos por canción. Luego de casi 13 horas, litros de té, leche, pastillas para la garganta y cigarrillos, grabaron las canciones, y después George Martin agregó algunas pistas de piano. A pesar de la simple tecnología de grabación, los costos de producción fueron relativamente altos: cerca de 8.500 euros actuales. Hoy, la producción de un álbum simple se puede hacer a partir de unos 10.000 euros.
El comienzo de algo realmente grande
En ese momento no era habitual que una banda interpretara tantas canciones propias en un primer álbum: solo seis de las catorce canciones eran versionadas. Esto también se debió a que el grupo hizo valer sus propias piezas, escritas por el dúo Lennon y McCartney, quienes muy pronto obtuvieron reconocimiento como compositores. Paul y John acordaron poner siempre ambos nombres como autores, aunque las canciones fuesen compuestas por uno de ellos.
El álbum “Please Please Me” suena innovador y muestra una disciplina férrea, un perfeccionismo absoluto y la voluntad incondicional de crear algo realmente grande. No solo marcó el comienzo de la beatlemanía, que pronto se extendería por todo el mundo, sino también el nacimiento de una nueva generación de música pop, que inspiró a las siguientes generaciones de músicos.