Cuando de cocinar pollo se trata es mejor tener en cuenta las recomendaciones de los expertos para evitar una intoxicación alimentaria. Todos tenemos nuestras costumbres, muchas heredadas de nuestras abuelas y madres, pero algunas es mejor evitarlas, como lavar las piezas de pollo creyendo que es más higiénico.
Recientemente una encuesta publicada en el Journal of Food Protection encontró que el 70 por ciento de las personas lo hacen. Sin embargo, esta es una práctica que debe ser desterrada de cada cocina, según James E. Rogers, director de alimentos, seguridad y pruebas en Consumer Reports.
«Las personas piensan que tienen que lavar o enjuagar el pollo antes de cocinarlo por muchas razones, porque su mamá lo hizo, creen que necesitan eliminar la baba o la sangre, o creen que es más seguro. Pero hacer esto puede aumentar las posibilidades de intoxicación alimentaria«, aseguró Rogers, quien respalda su afirmación con un estudio reciente del Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos
El organismo se encargó de analizar a casi 300 personas mediante la filmación de cómo preparaban su comida con muslos de pollo y una ensalada en una cocina de prueba, como si estuvieran en su propia casa.
El experimento dio como resultado que aquellos que lavaban o enjuagaban los muslos dejaban un rastro de bacterias alrededor de la cocina. Y precisamente, esas bacterias son las que podrían derivar en una intoxicación alimentaria para todos los comensales del menú preparado.
Para ver el alcance de esta práctica, antes de comenzar su experimento los investigadores le añadieron al pollo de muestra una cepa inofensiva de bacterias que actúan como la salmonela, y luego de la prueba empezaron a rastrear con cada uno de los voluntarios hasta dónde pudieron llegar esos agentes “patógenos” durante la preparación de la comida.
También en la simulación les advirtieron a una parte del grupo que no lavaran el pollo. Un 7 por ciento de esos sí lo hizo. De esa cantidad, el 60 por ciento dejó rastros de bacterias en el fregadero. Otro 26 por ciento se las transfirió a la ensalada que estaba preparando, muy probablemente por un mal lavado de las manos durante la preparación de la comida. De todos los estudiados, solo un 2 por ciento lo hizo correctamente.
El error más frecuente que vieron en este estudio es que la mayoría no sabe lavarse bien las manos. No las frotaron con jabón por al menos 20 segundos.
Rogers asegura que “es arriesgado no seguir las precauciones adecuadas de seguridad alimentaria cuando se prepara pollo«. De no tenerlas en cuenta existen mayores posibilidades de que el pollo contamine con bacterias dañinas, como salmonella y campylobacter, todo lo que se esté preparando para comer.
Siga estos pasos y estará seguro
Para mantenerse seguro Consumer Reports sugirió en un reporte del diario The Washington Post seguir varios pasos a la hora de preparar la comida y así evitar una terrible intoxicación alimentaria. Estas pueden llegar a ocasionar deshidratación, síndrome urémico hemolítico (hemolytic uremic syndrome, HUS) y otras complicaciones. Las agudas también pueden provocar problemas de salud crónicos o prolongados.
Lo primero es lavarse las manos antes de empezar a cocinar. Se debe usar jabón y frotarse las manos durante al menos 20 segundos, después enjuagarse y secarse las manos con una toalla de cocina limpia o una toalla de papel. Solo el 4 por ciento de las personas en este estudio realizaron todos estos pasos correctamente antes de comenzar a preparar la comida.
Se debe preparar los alimentos que comerá crudos antes de preparar pollo o carne cruda. Si las verduras de ensalada y otros alimentos que no va a cocinar se preparan primero (y se sacan del área de preparación), hay menos posibilidades de contaminarlos con bacterias dañinas.
NO LAVAR EL POLLO es esencial. «No eliminará la salmonela u otras bacterias que pueden causar enfermedades, si está la bacteria y, como lo demuestra este estudio, solo aumenta el riesgo de contaminar su cocina u otros alimentos que está preparando«, asegura Rogers.
Si se desea quitarle algo al pollo, se le puede dar palmaditas con una toalla de papel húmeda y luego lavarse las manos de inmediato. Cada vez que se toque carne cruda hay que lavarse las manos después.
«Lavar o enjuagar carne cruda y de aves de corral puede aumentar su riesgo a medida que las bacterias se propagan por su cocina, pero no lavarse las manos durante 20 segundos inmediatamente después de manipular esos alimentos crudos es igual de peligroso«, explica Carmen Rottenberg, administradora de Seguridad e Inspección de Alimentos.
Igualmente se debe tener cuidado con los utensilios de cocina. No se debe usar la misma tabla de cortar, cuchillo, plato u otros utensilios que se utilizó para la carne cruda en otros alimentos. Si lo hace, hay que limpiar y desinfectar el utensilio antes de usarlo en otra comida.
También se sugiere tener un termómetro para saber la temperatura de cocción de los alimentos. «Las aves de corral deben cocinarse a 165 Fahrenheit grados, enteras, en partes o molidas. La carne de res, cerdo y cordero deben alcanzar 145 grados para asados, filetes y chuletas, y 160 grados para carne molida”, explica Rogers.
Octubre 3 de 2019