- El Regiotram empeorará la movilidad del corredor occidental de Bogotá y promoverá el volteo de tierras.
- Incrementará la polución en localidades como Fontibón a niveles insoportables.
Sigue avanzando el proyecto del Regiotram que conectará a Bogotá con Facatativá liderado por la Gobernación de Cundinamarca en cabeza del exgobernador Jorge Rey y del actual mandatario Nicolás García. Hábilmente han logrado publicitar el proyecto como un tren de cercanías para Bogotá y la sabana. Hay que decir que el Regiotram no es un tren, es en realidad un tranvía, es decir, un sistema de buses eléctricos. La diferencia es importante en este caso debido a que destruirán la vía férrea, que debería ser utilizada exclusivamente para la recuperación del sistema ferroviario; trenes de alta capacidad, modernos, eléctricos, de carga y pasajeros.
Regiotram es un sistema igual al tranvía de Ayacucho en Medellín; aparatos de 50 metros de longitud y baja velocidad, con una capacidad de 400 pasajeros cada uno que operan como buses urbanos.
Bogotá y la sabana hoy están pagando por el enorme error cometido a mediados de los años 80: haber acabado el sistema ferroviario que servía a la capital con trenes de carga y pasajeros; trenes de 35 vagones salían de Puente Aranda con destino a Santa Marta y viceversa, comenzando por los municipios cercanos a Bogotá, a propósito por eso se denomina tren de cercanías.
Las vías férreas que hoy vemos pasando por Fontibón, aunque están abandonadas son un activo de la nación, esas líneas conectan a Bogotá con el Caribe colombiano y serán destruidas por el proyecto Regiotram para instalar un tranvía, con el agravante que no incluye sistema de carga.
Miremos algunos aspectos técnicos; cada Regiotram tendrá una capacidad de 400 pasajeros, un tren moderno, que también es eléctrico, tiene una capacidad hasta de 3 mil pasajeros, cada Regiotram tendrá una velocidad promedio de 80 Km por hora, un tren desarrolla velocidades superiores a 150 Km por hora. Analicemos cómo funcionará el Regiotram; imaginemos un día a las 7:00 a.m. en Facatativá, la primera estación, la capacidad de 400 pasajeros, todos con destino a Bogotá, se colmará en un instante, entonces ¿Qué pasará con las 16 estaciones subsiguientes? las cuales también estarán atestadas de usuarios esperando subirse al Regiotram. El resultado será el hacinamiento, la incomodidad, la agresión a las mujeres, entre otros, que son el caldo de cultivo para la indignación de la comunidad que a su vez conllevan a la decisión de optar por modos de movilidad individual; generalmente carros y motos.
Pero entonces si el Regiotram no es un sistema que solucione el problema de movilidad de la Calle 13 y en general del corredor occidental de la ciudad ¿para qué lo construyen? Si analizamos la dinámica inmobiliaria de la sabana, es evidente que cambiar el uso del suelo se ha convertido en un muy buen negocio para los políticos de turno.
Actualmente la antigua vía férrea está perdida dentro de la sabana de Bogotá, rodeada de humedales y terreno de uso agrícola, entonces el área adyacente al Regiotram se convertirá en urbanizable, en pocas palabras, volteo de tierras, tema muy recurrente alrededor de la Gobernación de Cundinamarca. Una vez construido el Regiotram, Bogotá y la sabana deben prepararse para ver levantar una ciudad entre Fontibón y Facatativá, sin planeación, sin agua, sin hospitales, sin policía y sin un servicio de transporte adecuado, es decir, vendrá una avalancha de carros, motos, moto-taxis, aplicaciones, transporte de carga y demás, a tratar de ingresar a la ciudad por Fontibón lo que causará un caos vehicular y ambiental irreversible.
En el contexto anteriormente planteado; ¿Por qué no el tren? La razón es muy sencilla, recuperar el tren significaría tener un sistema robusto de transporte de pasajeros y de carga que solo tendría estaciones en la Estación de La Sabana, Fontibón, Mosquera, Madrid y Facatativá. Las vías férreas hacen inviable la urbanización de sus zonas adyacentes, es decir, llevaría a un crecimiento dentro de las ciudades, por su puesto en contravía de quienes se lucran del cambio del uso del suelo (volteo de tierras).
Es lamentable como políticos honestos de manera ingenua están hoy apoyando el Regiotram, me refiero entre otros, a la señora alcaldesa de Bogotá Dra. Claudia López, quien a profusión hoy cataloga este como un proyecto ejemplo para Colombia.
La mezcla de la ingenuidad de unos y de la extrema viveza de otros está llevando a Bogotá y Cundinamarca a tomar una de las peores decisiones de su historia: destruir la posibilidad de recuperar el tren de cercanías y continuarlo hasta Santa Marta. Sería motivo de desarrollo económico, protección ambiental de la sabana de Bogotá, descongestión vehicular y mitigación del cambio climático.
@quiroga2020
Enero 28 de 2020
* Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son del autor y no de SOACHA ILUSTRADA.