Con tristeza y preocupación leemos hoy una columna de opinión de Erika Fontalvo titulada “País inviable”, donde la periodista de Caracol hace una radiografía del municipio de Soacha totalmente alejada de la realidad, columna que está plagada de inconsistencias producto tal vez de la necesidad de escribir sobre algo sin tener la necesaria información para hacerlo.
De la señora Fontalvo quien últimamente se ha dedicado a acaparar puestos y contratos millonarios (labora en Caracol Radio, Canal Capital, la Contraloría de Bogotá y hace columnas de opinión), no se sabe a qué horas investiga, mucho menos a qué horas le queda tiempo para atender a su familia.
Pero veamos algunas incongruencias en su columna “País inviable”, referente al municipio de Soacha (Cundinamarca).
En Soacha el producto típico es la garulla, almojábanas se come igual de ricas y sabrosas en todos los pueblos de Cundinamarca, hacerse una idea de una ciudad simplemente porque se visitó la plaza principal y se tuvo una entrevista privada con el Alcalde municipal, Administración que por demás mantiene pauta publicitaria con Caracol, no da para hacerse una verdadera idea de las necesidades de una población estigmatizada como la soachuna.
No está comprobado que anualmente se instalen en el municipio 6 mil familias, de la misma manera como no está establecido el número de familias que abandonan la ciudad en busca de un mejor futuro, tampoco es verdad que buena parte de esas familias sean desplazadas, esa es una aseveración facilista proveniente de los políticos locales que la usan para justificar su ineficiencia y corrupción. En Soacha no se ha visto caravanas de desplazados de la violencia, mucho menos campamentos como tradicionalmente se vio en los municipios donde ocurrieron verdaderamente estos desplazamientos masivos.
Soacha cuenta con el presupuesto más grande de todos los 116 municipios del departamento de Cundinamarca, inclusive descontando los dineros provenientes del Sistema General de Participaciones, es decir recursos girados por la Nación. Dividir esa suma por el número supuesto de habitantes para justificar la pobreza de un municipio no es serio, ya que los recursos de un municipio, o inclusive de la nación no se reparte de esa manera tan folclórica.
Hoy Soacha para vergüenza de muchos, cuenta con la página web más costosa del país (890 millones), la cicloruta del barrio San Mateo (1.200 millones), tendido sobre un andén que por el valor de metro cuadrado es también candidata a ser considerada como una de las más costosas de la nación, otro ejemplo es el Parque Terreros (2.506 millones), cuyas canchas de futbol solamente se le sembró pasto y unos tubos a manera de desague, también disputa este deshonroso honor y ni que hablar del nuevo Hospital, el más costoso hospital en planos del país.
Diez años duró la construcción de 3.6 kilómetros de vía para el Transmilenio, desde antes de su inicio se sabía el número de pasajeros que movilizaría, y que sería insuficiente para la demanda, es decir, no es que la necesidad de transporte aumentó, sino que desde un comienzo se sabía que sería insuficiente, aparte de incómodo y costoso.
En la ciudad se viene adelantando la construcción de un importante número de nuevas unidades residenciales que le han cambiado la cara al territorio, estas tienen asegurado tanto por las constructoras como por el Gobierno Nacional la infraestructura necesaria y adecuada, se han construido dos megacolegios, dos más están en construcción y se tiene programado la construcción de cinco más, mientras tanto, la otra parte de la ciudad por maniobras políticas e intereses particulares ha dejado atrasar la infraestructura de los colegios públicos para beneficiar instituciones privadas.
Según cálculos de los expertos, empezando ahora la construcción de nuevos colegios públicos, solamente hasta el año 2040 se estaría solucionando el problema educativo de la ciudad en las comunas que verdaderamente lo necesitan, caso comunas 1, 4, 5 y 6. En la actualidad se encuentran habilitados 62 colegios privados en el denominado Banco de Oferentes, los cuales atienden la demanda educativa de 22.000 alumnos bajo la modalidad de convenios, aunque, para el 2019 se espera que esta cifra se incremente en 4.200 nuevos estudiantes, negocio que representa para estas instituciones privadas ganancias cercanas a los 22 mil millones de pesos anuales.
Con este panorama, no basta las explicaciones y justificaciones de los políticos y de las autoridades municipales, el problema de fondo es otro, que pasa por la ineficiencia, mediocridad y corrupción, algo que la señora Fontalvo no tiene en cuenta y que disimula las verdaderas causas del desastre que se vive en Soacha.
Soacha, febrero 23 de 2019