Por Eduardo García, especial para Soacha Ilustrada
Y llegó las épocas más esperadas por los políticos soachunos, las elecciones, y como era de esperarse (siempre ocurre), llegaron los políticos foráneos con carretilladas de dinero.
A comprar apoyos al mejor postor, negociaciones oscuras, apoyos que asquean y fotos de reuniones a granel con los mismos cuatro pelagatos de siempre, que arreados o comprados, pacientemente tiene que escuchar la sarta de promesas y de barbaridades de los candidatos de turno.
A veces nos preguntamos quien es más corrupto, el que recibe plata por conseguir votos en Soacha, o el que viene y paga para que le consigan los votos.
Es recordada la anécdota cuando seis concejales de Soacha visitaron en una de las tantas campañas a una candidata al Senado por el partido Conservador, de un plumazo y como prestigiadores, con la promesa de votos y escudándose en su credencial de concejales lograron sacarle a en este caso a «la víctima» 100 millones de pesos. El mismo día de las elecciones se conoció los votos que había logrado la senadora en Soacha, íngrimos 150 votos. Tal vez los 150 votos más caros en la historia de Soacha, hoy por hoy los timadores de esa ocasión siguen estafando escudándose en sus credenciales de concejales.
También es conocida la forma como «la» en ese entonces gobernadora de Cundinamarca Leonor Serrano, sacó a patadas de su despacho a cierto exalcalde de Soacha quien fue a cobrar sus supuestos votos después de la elección, en esa ocasión le gritó delante de todos que no le debía nada ya que bien caro se los había pagado durante la campaña.
No hay nada más ridículo que ver desfilar estos politiqueros, tanto los locales como los foráneos caminando y saludando a cuanto transeúnte se encuentran en la calle, y ver reuniones de medio pelo que le cuestan una millonada al candidato, que cándidamente cree o a si le hace ver que todas las personas que le presentan votaran por él.
A quien le interesa que fulano y zutano apoyen a tal candidato, si todo el mundo conoce las virtudes y las gracias del que ofrece el apoyo, verlos serios presentando su candidato de turno hace que en realidad se pierda el respeto por la política.
Diputados a 50 millones, concejales a 40, ediles a 20 millones, presidente de junta comunal a 10 y líderes a 4 y 5 millones, son los precios que hoy se pagan en Soacha por los apoyos. Por eso cuando en la calle le proponen que vote por equis candidato aun sin conocer su programa, recuerde que hace mucho lo vendieron como cuando antiguamente vendían a los esclavos.
Estafados y robados después de las elecciones estos personajes escupirán al cielo y juraran que nunca jamás volverán a Soacha, y como es natural, estafados y estafadores esperaran con ansia la llegada de las próximas elecciones.
No hay derecho a tanta vagabundería, que viva la democracia.
Marzo 2 de 2014