Por Eduardo García. Especial para Soacha Ilustrada.
Faltan varios meses para el día de votación a las diferentes corporaciones públicas, y desde ya volvieron los políticos a revoletear como moscas buscando incautos con discursos trasnochados, vanos, ridículos y absurdos, los cuales recitan sin sonrojarse siquiera, sinceramente da pena ajena ver a algunos miserables presentarse como santos inmaculados, sabiendo el tipo de calaña y de buitres, que en realidad son.
Ahora saludan, abrazan, se sonríen, invitan con esmero, son corteses, posan de preocupados, tienen tiempo para escuchar las quejas, y, sobre todo, conocen la problemática y tienen la solución para todo.
Hablan de honestidad, de transparencia, de eficacia, algo que en la mayoría de los casos nunca en su oscura y tenebrosa vida política han tenido.
En tres años no tuvieron tiempo para visitar los lugares donde recogieron los votos de los incautos, no se acordaron de las necesidades del barrio, de la cuadra, de la ciudad, del municipio, no presentaron si quiera un proyecto digno de resaltar, solo se les nota como les crecieron los glúteos de estar sentados en las curules posando de representantes del pueblo, pueblo del que en el fondo desprecian, y en muchos casos traicionaron vil y cobardemente.
Ahora si contestan el teléfono y devuelven la llamada, ahora si se preocupan por sus votantes, ahora si reciben las hojas de vida y prometen el cielo y la tierra y juran que harán todo lo posible por conseguir el trabajo al menesteroso que cae en sus garras.
No hablan de cómo le consiguieron cargos y contratos a su prole, a sus esposas, a sus familiares, a sus mozas, ni mucho menos las escandalosas fortunas que se precian de tener, sabiendo todo el mundo que jamás han tenido un emprendimiento, ni mucho menos una empresa de venta de arepas.
Vestido con ropa fina y costosas lociones, llegan en caravanas de lujosos autos, acompañados de grupos de muertos de hambre contratados para hacer creer a la clientela que están ante un verdadero líder, un predestinado, un estadista, todo lo contrario, a lo que en realidad son, unos buenos para nada.
Con razón los que los conocen simplemente dicen …Coman mierda…
*Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son del autor y no de SOACHA ILUSTRADA.